miércoles, 9 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 72


LA MATRIZ DIVINA

Probablemente no encontremos conexión entre el ADN y la Matriz Divina. El ADN es un ácido nucleico que forma parte de todas las células, con la información genética usada en el desarrollo y el funcionamiento de los organismos vivos conocidos y es responsable de la transmisión genética. La conexión con la Matriz Genética, o Divina, obedece a que en ese tren de nucleótidos que es el ADN, parece que estuviera unido a ella con la vida, diferenciada por el genoma que hace a cada ser vivo diferente, formando el universo que conocemos como el mundo vivo.
La Matriz Divina contiene ese universo y está conectada con él. Es el puente que nos relaciona con las cosas y el espejo que nos muestra lo que hemos creado, como partes de ella. Estamos unidos a ella físicamente o no, para siempre. Nuestra conciencia puede crear todos los cambios que deseemos, para crear la realidad de nuestro mundo. Somos responsables de este mundo propio.
Nosotros le hablamos a la Matriz Divina con el sentimiento, siempre que este, carezca de ego y del juicio de nuestra mente. Por este sentimiento logramos lo que queremos, según ella nos responda.
Así convertimos nuestras vidas en las cosas que optamos por experimentar, en nuestro mundo propio interior, que no está sometido a las leyes de la física, sino a las leyes del  Espíritu.
El holograma de nuestra conciencia refleja todo, porque está conectado universalmente, de manera que cuando creamos nuestros buenos deseos y oraciones, estos llegan a su destino instantáneamente.
Pero también un pequeño cambio en el holograma de nuestra conciencia, varía nuestro mundo, porque la Matriz Divina es un reflejo de las relaciones que creamos con nuestras creencias. Y ese cambio por pequeño que sea, se refleja en nuestro mundo.
Por eso la raíz de nuestras experiencias negativas, se reduce a los tres miedos universales, o bien a una combinación entre ellos: abandono, baja autoestima o falta de confianza. Miedos que podemos encontrar en nuestras relaciones más íntimas, donde se reflejan nuestras creencias, para ver los miedos o encontrarlos.
Debemos entonces, ser conscientes de convertir nuestras vidas, de acuerdo a las cosas que optamos por experimentar en nuestro mundo. Somos creadores de este, siguiendo el ejemplo de nuestro Espíritu Creador, como instrumentos de su obra o creación. De nuestra unión consciente con Él, depende lo que somos.
Gregg Braden trae a cuento que podemos cambiar nuestra conciencia, haciendo una operación aritmética, basado en que todos estamos conectados con la Matriz Divina. Y afirma que el mínimo de personas para poner en marcha un cambio de conciencia, es la raíz cuadrada del 1% de la población. El número de habitantes en Colombia: 45.000.000 habitantes. Raíz cuadrada: 6.705; y el 1% = 67,05 personas.
Con este número podríamos llevar a la consciencia una revolución pacífica, sin violencia, para moralizar y cambiar los hábitos corruptos. Esta afirmación genera una esperanza muy grande en que alguna vez el mundo hable un solo idioma, profese una misma creencia y respete una sola ley: la de la Matriz Divina, que nos une a todos.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario