EL MAL GENIO
El mal genio es un mal que aqueja a muchas personas, y estas no se dan cuenta que genera violencia. Hay que seguir la frase del común, que dice que la ira es mala consejera. Y nadie, cuando está furibundo, toma conciencia del mal que se hace a sí mismo y a los demás. El hecho de pedir que tengas buenas relaciones con otras personas, obedece a la necesidad de hacer posible vivir en paz, sin agresividad. Esto es bueno para la propia persona y para los demás. Demostrar el cariño que debemos tener a todas las personas, produce un beneficio que desperdiciamos por culpa de nuestro ego. Hay que educar al ego. Los orientales lo eliminan, para vivir felices, en paz, consigo mismo y con los demás.
La mayor parte del tiempo perdemos el genio por cosas que bien podrían arreglarse sin perder la calma, simplemente, porque no nos hemos tomado el trabajo de entrenarnos en el manejo de nuestras relaciones personales. Hay personas que nos transmiten antipatía, odio, desagrado, sin saber, que estas personas nos permiten aprender a eliminar el ego. Lo cambiamos por algo que hemos estudiado de acuerdo con nuestros dones, nuestros carismas, nuestra habilidad propia para el manejo de estas relaciones, con las cuales hemos tenido, y vamos a tener, una experiencia diaria. Es decir, el sufrimiento diario por culpa de nuestro ego.
Pero no todo lo negativo es desechable. Hay que tomarlo como la oportunidad de crecer, con la experiencia que nos brinda para domar a nuestro ego. Aceptemos que no tenemos otra forma de correr esta experiencia, y que la podemos tornar de negativa en positiva. Y memorizarla, reflexionando, en base a los buenos consejos que nos da nuestra mente positiva, aquella que entrenamos a diario, para evitar la molestia, el desagrado, la pérdida de tiempo en palabrería vana, en enfrentamientos que sabemos que no tienen sentido, en todo lo negativo que sabemos de memoria produce tanto mal a sí mismo como a los demás. Estoy seguro que muchas veces sentimos que perdemos el tiempo, en vez de ganarlo, cuando no tenemos estrategias para transformar el caso en positivo.
La vida es pasajera. Cada minuto cuenta. ¡No perdamos el tiempo! Cuando sabemos que es imposible hacer una relación sana y productiva con los demás, cuando no dejamos que el mal genio nos domine. Y nos haga el mal. Hay varias maneras de tener presente para que nuestra mente domine al mal genio. Esta es una enumeración válida:
Relájate. No discutas con nadie hasta no estar tranquilo. Piensa las cosas antes de enojarte. Piensa en cosas positivas o lo bien que te sentías antes de que el mal genio apareciera. Piensa que la mayoría de las veces lo que motivó tu mal genio es algo sin mayor trascendencia. Procura distraer tu atención en alguna actividad positiva, la lectura, o escuchar música, o salir a caminar, ayuda muchas veces a volver a tu normalidad, al dominio de tu mente. No pierdas el control e insultes o hagas comentarios negativos a quien trata de reconfortarte o tranquilizarte. Lo mas seguro es que después te arrepentirás y el daño estará hecho. Cada vez que tienes mal genio dañas una relación o la vas deteriorando. ¡Desahógate con tus cosas positivas. Cuéntale a alguien lo que te pasa. Procura no reprimir tus sentimientos de enojo, pero tampoco expresarlos directamente a la persona que sientes te está provocando el enojo. Libera tu rabia frente a un espejo. Obsérvate como reaccionas y así podrás hacer dos cosas: distanciarte de tu rabia, al ser capaz de observarla, y entender cómo te ven los demás cuando estás en ese estado.
También podrías recordar, en el momento de tu enojo o irritación, que dentro de ti hay un espacio en el cual no hay enojo, es decir un lugar que dentro de nosotros nos permite diferenciar lo que es la rabia de la tranquilidad. Si eres capaz de observar tu rabia, es porque la parte en ti que está tranquila la está observando.
También puedes liberar tus emociones en un ambiente propicio, por ejemplo con la compañía de un psicólogo o psiquiatra o en grupos que trabajen con dinámicas específicas para aprender el autocontrol, sin necesidad de estar reprimiendo tus emociones. Si tienes mal genio puede ser porque estás reaccionando a problemas de tu vida cotidiana, o porque tengas rasgos de personalidad, que necesiten buscar ayuda profesional. A veces una pequeña ayuda puede transformarlo todo. Y ten presente que los demás podrían reaccionar así contigo y no te agradaría. Ensaya a reírte de ti frente a un espejo. Verás cómo la risa lo arregla todo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario