FILIPENSES II
Continuamos hablando de la historia del pueblo judío, para entender por qué Pablo habla en su carta a los Filipenses de su nueva posición que pasa de fariseo a cristiano. Dice en Filipenses 3,4-5, que él es circuncidado, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos, y en cuanto a la ley fariseo.
Pero antes de seguir adelante, hagamos un resumen muy corto de la historia judía, que sirve para entender todo el rollo en que siempre estuvo metido el pueblo judío, con su mismo pueblo, con los invasores y con las diásporas, (judíos que migraban unidos a otras partes), y por qué hablaban los profetas antes de las invasiones y la destrucción del templo. Comienza el asunto con tribus que ocuparon el área comprendida entre los ríos Nilo en el oeste, donde está Egipto y el Tigris y el Éufrates en el este, donde hoy están Turquía, Siria, Irak. Rodeado por los imperios de Egipto y Babilonia y por el desierto de Arabia, y las montañas de Asia Menor, la tierra de Canaán (conocida sucesivamente por Israel, Judá, Cele-Siria, Judea, Palestina, Levante y finalmente Israel otra vez). Era un punto de unión de civilizaciones. La zona estaba atravesada por antiguas rutas comerciales, que unían el golfo Pérsico con la costa mediterránea y Egipto con Asiria.
Recordemos que Pablo está en Filipo en Grecia, en la parte de Macedonia. Está rodeado por gentiles o paganos, por judíos circuncisos y cristianos. Es una realidad compleja. En Filipenses 2,5: por ejemplo dice que para yo poder meterme a la propia realidad humana, tengo que renunciar a mi propia realidad, y meterme en la de los demás. Jesús es el mejor ser humano, porque se vació de sí, para ser de los demás. Se despoja de sí. Se humilla así para ser elevado por su Padre. Tiene que hacerlo frente a esa realidad tan diversa, o si no, fracasa en su misión. En Filipenses 3, 17, advierte que es una arrogancia humilde, la de Jesús, no obstante ser Él hijo de Dios, pero es humilde, y su fin es obedecer el mandato del Padre. Lo mismo les pasa a los cristianos de verdad, que no tienen a Cristo encerrado, sino que lo manifiestan en su palabra, su ejemplo, su darse a los demás olvidándose de sí.
En Filipenses 3,1 y siguientes, escribe Pablo: “Atención con los perros”, para referirse a los paganos, con los cuales todo el pequeño pueblo cristiano está rodeado. Ese cuidado que debemos tener con los no creyentes, incluye también a los circuncisos judíos de Yahvé. Y Pablo habla de Filipenses 3,3, de los verdaderos circuncisos: la verdadera circuncisión es negar la carne propia. La verdadera circuncisión no es cortarse el prepucio. ¡Cuidado! El cristianismo no se puede volver un judaísmo atenido a la ley material, a los ritos y en general a lo externo. Lo externo es finito, es corruptible, y Jesús es interno, dentro de uno actúa y siempre en función de servir a los demás, y a sí mismo para poder servir. En Filipenses: 3,4-2, manifiesta que su propia vida vista, desde el panorama judío, como fariseo que era, tiene esto como basura para poder ganar a Cristo, que es todo para él. En Filipenses 8-11: Pablo juzga que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús. Y como Dios demuestra la tesis que nos acoge, en Filipenses 14 al 16, dice “…olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.”
Filipenses 3,17-21: “Hermanos, sed imitadores míos”, y les pide que se acuerden que el verdadero creyente es el que se deja mover por el Espíritu de Jesús. Recordemos que Pablo en Filipenses 3,4-7, define su tarjeta de presentación…yo soy el hombre de la alianza con Dios… Yo soy del Linaje de Israel, el mejor pueblo del mundo. Él es de la tribu de Benjamín, el hermano menor de José, y el hijo de Jacob, haciendo alusión a que Benjamín le daba total sentido a la vida de Jacob. Pablo es hebreo es decir de una raza pura. Él es fariseo, el que más conoce de la Ley y conoce a Dios. Es buen cumplidor de la ley. Mejor dicho Pablo es de Estrato 10. Sin embargo el dice: todo lo que yo creía es estiércol frente a Jesús. Cristo es su mayor tesoro. Hace una transmutación de lo judío a lo cristiano, y concluye… SED IMITADORES MÍOS.
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