viernes, 10 de febrero de 2012

LECCIÓN DE CRISTO 9_02_2012


SAN MARCOS

Marcos, Primera multiplicación de los panes, 6, 30-44. Los apósteles se reúnen con Jesús y le cuentan todo lo que han hecho. Jesús les dice: Vengan… y los lleva a un lugar solitario. Les cambia lo que ellos han hecho predicando, por meditación y descanso. Es un examen sobre eso que han hecho, porque el darse a los demás requiere un examen. ¿Cómo lo estoy haciendo? Es verdad que me estoy dando todo lo que soy. ¿Como Jesús en la Cruz?
Se fueron con Él en una barca a un lugar solitario. Y al desembarcar, una multitud los había seguido. Jesús se conmueve al ver la multitud, porque le parece que son ovejas sin pastor. Se pone a enseñarles muchas cosas. En eso se pasan las horas. Los discípulos le hacen caer en cuenta que están en un lugar deshabitado, y tienen hambre. Es mucha gente y sólo tienen cinco panes y dos peces.
La gran enseñanza de Jesús a sus discípulos consistió en que aunque nos parezca que no tenemos nada, si tenemos fe, y actuamos con ella, el que actúa es Dios Padre, y Él lo tiene todo. Jesús, como Hijo del Padre, sabe que todo es posible, cuando actuamos fundados en el amor al otro. Y los Discípulos actúan creyendo que no tienen sino cinco panes y dos peces. Hay que darse sin la limitaciones materiales, sabiendo que la fe en Jesús, supera nuestras debilidades con creces. Es Él el que actúa. Lo material es necesario, pero vendrá por añadidura.
Y un punto importante, es hacer que la gente que los rodeaba en esa zona deshabitada y sin recursos materiales, asuma la misma actitud de los Discípulos. Ellos también se dan a los otros y comparten sus propias necesidades, y entienden las debilidades que hacen que todos los seres humanos seamos diferentes, con una vida única, irrepetible, como la huella digital.
Hay un término que desarrolla muy bien el concepto que debemos tener del prójimo, y es la EMPATÍA: es llamada la inteligencia interpersonal, es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.
El día que nosotros, todos los seres humanos, como discípulos de Cristo, desarrollemos cabalmente la empatía, llegaría el mundo a ser como un solo país, un solo idioma, una sola cultura, una sola religión. Todos amigos. Superadas las diferencias, porque sentimos un profundo respeto, cada quién, por las diferencias y los sufrimientos del otro. En el fondo, a pesar de ellas, somos una sola alma pasajera, que vuela en el espacio en el Planeta Tierra, que sabe vivir en armonía, y conoce por encima de todo, el amor de Dios y el amor a Jesús y María.
En conclusión llegamos a mirar lo material como secundario, y el amor fraterno como lo esencial. Nos pasa, para hacer una comparación concreta, cuando estamos en un carnaval donde todos estamos felices. Nadie se queja de sí mismo, todo el mundo se da al otro, como discípulo de Cristo.

   


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