CUENTOS CORTOS # 36
LOS ADICTOS TIENEN LA CULPA DE TODO
Nadie piensa en los adictos, porque la creencia es que no tienen
la culpa. Una vez son adictos, su voluntad no les funciona, y el Estado sufre y
hace programas para suministrarles la droga, porque si no se mueren. El cuerpo
humano de ellos, no resiste un minuto sin la droga.
Me pasó cuando fui a la Clínica San Tomás a ver a uno de ellos,
empleado de la empresa donde yo trabajaba, y no me dejaron verlo porque lo
estaban inyectando. ¡Es que si no se muere!, me dijo el paramédico. Luego salí
al corredor, y en el patio había tres adictos terminales. Sonó una campana, y
la enfermera me dijo que era el aviso para ir a almorzar. Bajaron con ella
otras dos al patio, y se los llevaron, porque ellos no saben donde es el
comedor. La mente ya no les funciona. ¡Qué tal!
Por eso, piensan la mayoría, no se puede hablar de legalizar la
droga. Terminaríamos todos hechos unos idiotas, sin mente. Y no se nos ocurre
pensar que el adicto antes de serlo lo sabía, pero para un 99.9% de los seres
humanos la vida está ligada a la adicción. Sin adicción no hay dicha. Igual
pasa con el cigarrillo y el alcóhol, ¡y las prostitutas, claro! El cigarrillo
no sólo produce enfisema en los pulmones, también afecta la mente, porque la
nicotina llega al cerebro. Y el alcóhol es una droga líquida, con efectos parecidos
a la coca. Y el sexo es para procrear, únicamente. Es el origen de la familia,
el hogar, la vida. El uso que le ha dado el hombre ha producido 40 enfermedades
sexuales de virus y bacterias, que no son castigos de Dios, sino bestialidad
del hombre, ¡estupidez!
En resumen: el hombre no sabe vivir feliz. No digo por un ratico,
sino siempre, y esto se da cuando es capaz de vivir sin adicciones que afectan
el cuerpo humano. Claro que hay adicciones sanas, como las artes mayores y
menores, y todas las actividades que mueven el cerebro y conectan las neuronas,
unas con las otras, debido a la actividad física y mental normal, en la vida, a
lo largo del tiempo.
Pero, la estupidez del hombre ha llegado a tal grado que en la
Constitución de Colombia encontramos la dosis mínima legal, algo que al
Congreso de la República le ha ocasionado todo tipo de problemas éticos. Hasta
llegar a prohibirla cuando se dieron cuenta de semejante burrada.
¿Cuándo será que analizaremos lo que produce la adicción?
Empecemos por recordar la Ley Seca que de principios de siglo pasado tenía
millonario a Al Capone, y que quebró cuando la suprimieron, luego de vivir una
tragedia como la hemos vivido aquí con las drogas. Miradas las cosas las droga
viene siendo peor que el alcóhol.
Empecemos hoy por reconocer que la prohibición produce más
adictos. El consumo producido por estos tiene ricos a los narcotraficantes y a
la narcoguerrilla. La lucha contra el Estado genera una mentalidad de locos:
hay que acabar con el ejército y la policía, para que podamos exportar coca y
ganar dólares. ¿Qué tal?
El mundo no ha tomado la sartén por el mango, como se dice, porque
no ha tomado el problema por la raíz. Lo vivimos aquí cuando Obama se mostró
partidario de no legalizarla, porque se tira el negocio, los bancos se ponen
bravos, y no van a votar por él los republicanos. No hay tal que sea para
impedir que haya adictos, porque cada día hay más en el mundo. El consumo es el
responsable que el adicto se destruya así mismo, destruya a su familia, a la
sociedad y en consecuencia al mundo… Ese es un axioma que no se ha analizado
nunca.
El hombre es libre, pero nació con una moral natural que lo obliga
a respetar la vida. Es en ella que tenemos nuestra felicidad. Es cuidar la
vida. Amarla como el don que hemos recibido de la misericordia del Señor, y el
compromiso es cuidarla hasta morir. ¡Así de simple!
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