viernes, 27 de julio de 2012




LECCIÓN DE CRISTO 26_7_2012

SAN JUAN EVANGELISTA
Juan, llamado el Evangelista, fue un escritor místico del cristianismo primitivo, al que la tradición considera autor del Evangelio según San Juan, y de otros escritos afines, (joánicos), como el Apocalipsis y de tres cartas, 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan. Hay que señalar que el Evangelio de San Juan era anónimo en su origen, y la tradición cristiana más antigua le asigna ese nombre desde casi el primer momento. El autor del evangelio escribe para personas que no conocen las costumbres judías. Según la tradición, para las iglesias de Asia.
Juan es, de los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento, el más poético y conceptual. Juan el Evangelista suele asimilarse a la figura del discípulo amado a través del pasaje conclusivo dado en Jn 21,24. Dicho discípulo, del que sólo se tiene constancia a través del Evangelio de Juan es más conocido por estar recostado sobre el pecho de Jesús durante la última cena (Jn 13,23).
Ireneo de Lyon cuenta que Juan, después del martirio de Pedro y Pablo, se estableció en Éfeso. La tradición nos dice que fue llevado a Roma, y el emperador Domiciano ordenó quemarlo con aceite caliente. No se le considera como un apóstol mártir según la tradición. Se salvó del martirio y fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis. Fue maestro de Policarpo de Esmirna. Después de morir Domiciano asumió Nerva como emperador. Juan pudo entonces volver a Éfeso, donde escribió el resto de sus escritos y murió. Su fiesta, el 27 de diciembre, se celebra con el color litúrgico blanco.
En la introducción a Juan en la Biblia de Jerusalén, se dice que corresponde a la más antigua predicación de la Iglesia: una proclamación de la medianidad y divina filiación de Jesús, partiendo de los “signos”, para desarrollar la fe en Cristo y obtener así la vida.
El evangelio de Juan se presenta mostrando el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús. Refiere a continuación una serie de episodios relativos a la vida de Jesús, muchos de los cuales coinciden con los de la tradición sinóptica. Y termina con los relatos de la Pasión y Resurrección.
Se distingue de los otros evangelios por numerosos rasgos: milagros que los sinópticos ignoran, largos discursos y cristología mucha más desarrollada, insistiendo especialmente en la divinidad de Cristo.

NOTA: el próximo 9 de agosto se reanuda la Lectio Divina, todos los jueves a las 7 p.m., en la Iglesia de Santa Bárbara, en la Plaza de Usaquén, al lado de la entrada del despacho cural.



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