LOS FULLERENOS
Luego de levantarme temprano, de rezar el rosario y de meditar 10 minutos, en el safú del Zen, me bañé y me fui a averiguar por un trabajo que debía entregarme Mengano, pero estaba ocupado, y me recibió fue Sutano, quién me dijo que no podía salir a recibirme Mengano.
Bueno, le entregué un disco de una música que cantó una niña de 12 años, y la última Lección de Cristo sobre el tema El Gran Diseño, donde comentábamos este libro de Steven Hawking, en donde nos demostraba que sólo en la naturaleza existe la naturaleza, y nadie más.
La sorpresa fue grande, cuando terminé de leerlo, porque no me bastaba la física cuántica para entender el mundo. Inclusive me imaginé entonces: si a un laboratorio de este científico podríamos llevar, por ejemplo, el corazón de Shakira para examinar en donde tiene ella la física cuántica cuando canta, y mueve el esqueleto.
Les cuento que me sonreí con el cuento, y le pasé el escrito a mi amiga Myriam NN, para que lo leyera. Y su comentario fue tremendo, casi me muero. Descubrió que el Big Bang fue un tipo que hace muchísimo tiempo explotó, y de allí nació el universo. ¿Y porqué lo llamas tipo?, le pregunté intrigadísimo. Bueno, me convenció que había que tomarlo como un ser, (bueno no un ser humano), porque Hawking dice que es la naturaleza y no Dios el que hace este tipo de cosas. Es la naturaleza la que las crea, ¡imagínense!
Me tocó invitarla a tomarnos un tinto en Juan Valdez, en Hacienda, y me aclaró que se había vuelto atea luego de pasar por las ondas y las partícula; y se refirió a ellas con una variedad de nombres que no recuerdo. Pero me sorprendió que la luz son ondas y partículas… ¿Cómo así? Mira Hawking dice que la luz tiene ondas que son ondas, y partículas que son los fotones, que no son ondas. Mira, me dijo tomándome del hombro: No te imaginas los mapas y las fotos que encuentras en el libro El Gran Diseño, donde quedas petrificado con la inteligencia de la naturaleza.
Por ejemplo, me contaba que los fullerenos, que son átomos de carbono, son parecidos a los balones de fútbol, a los cuales los hacían pasar por una barrera con rendijas, parecidas a las fallas que ocurren en las defensas de fútbol, para llegar a la portería formando grupos de átomos, en un orden que ella no creía que lo aceptara la FIFA.
Bueno el alegato llegó a ribetes impresionantes. Tanto que algunos de los comensales de Juan Valdez se nos unieron. De tal modo que se formó una discusión tan subida de tono que llamaron a la policía. Cuando nos llevaron a la comisaría, no nos quisieron creer que estábamos tomando Capuchino deslactosado. Mira, Myriam, le dije, es inútil pretender que nos crean lo de los fullerenos. Mejor transémonos por pertenecer a las BARRAN BRAVAS. Y así salimos del lío. Nos entendieron, y el señor agente Barriga Llena, nos soltó, luego de una conferencia sobre la buena educación en los estadios.
Hoy todavía me sonrío… Y Myriam que recibía semanalmente una Lección de Cristo sobre la Biblia, le advertí que hay cosas como este que les cuento que vale la pena traer a cuento en la vida cotidiana, con la paciencia que nos enseña Jesús, y con aquella indulgencia cuando los protagonistas somos un brutos sin remedio, pero sí… orantes y amigos eternos de María Santísima… ¡QUE TAL SI NO!
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