viernes, 31 de diciembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 85


2011

Sería maravilloso que en este año la subversión reflexionara sobre el daño que le hacen al pueblo más pobre de Colombia: el pueblo campesino. Nadie quiere ir a un sitio donde un AK47 es el dueño de todo, ni tampoco donde la coca es el producto agrícola preferido.
También la subversión debe pensar que el paramilitarismo existe por su culpa, siguiendo la verdad de que toda violencia genera violencia. Y deben ser conscientes de que el paramilitarismo le hace más daño al Estado que la guerrilla, pues lo infiltra, hace inoperante la rama judicial, como ocurrió con la masacre de El Salado, un corregimiento de El Carmen de Bolívar, ocurrida en el año 2000 y que generó 10 años de impunidad, luego de más de 60 asesinatos.
Tanto el Estado como la subversión conocen que el progreso se logra con el trabajo, con la educación ciudadana, con el respeto mutuo, y con la aceptación de un régimen legal que reemplace las armas. Las grandes revoluciones, es posible que hayan comenzado con la violencia, pero su consolidación ha sido en la paz.
Y esto, porque el amor es el poder que nos dio la patria para hacer de la existencia una forma digna de vivir sin masacres, como la mencionada de El Salado, en el 2000; o como la que ocurrió en Bojayá, en el Chocó, cuando una pipeta de gas calló sobre la iglesia y mató más de cientos de colombiano humildes, tal como lo señala Wikipedia en la WEB:
La Masacre de Bojayá es el nombre con que se conoce la muerte violenta en el interior de la iglesia de Bojayá, Chocó, al occidente de Colombia, de entre 741 y 119 civiles como consecuencia de la explosión de un "cilindro bomba" o "pipeta" lanzado por miembros del bloque 58 del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARCP-EP) el 2 de mayo de 2002. El suceso tuvo lugar en el marco de los enfrentamientos armados que en ese mismo pueblo se desarrollaron entre las FARC-EP y los paramilitares de las AUC, ambas empeñadas en mantener el control de la zona y el acceso al río Atrato.” ¡CLARO! Para el negocio de la coca.
Parece increíble que los colombianos no aprendamos de estos hechos tan espantosos, donde es casi inconcebible que sean hechos por seres humanos racionales. Y no sólo por los actores responsables de los hechos, sino por la indiferencia irresponsable del pueblo colombiano en general, ocupado más en su ego, que en sentir a sus hermanos de patria, en ser solidarios como debe ser, y en reaccionar sin violencia, pero si con el mismo carácter que tuvo Jesús en el Templo de Jerusalén, con seres humanos dedicados a las cosas materiales, al dinero, cuando el espíritu es rechazar a la subversión, a la violencia, no sólo desde el Estado, sino desde el mismo pueblo que vive  cerca de los violentos, temeroso, de salvar su vida, cuando en esas circunstancia, no vale la pena vivir.
Tenemos un país increíble, el de mayor diversidad natural de América Latina, con tres cordilleras y seis vertientes, donde se dan todos los climas. Los extranjero se admiran cuando vienen. Por qué no hacemos lo propio, lo inteligente, lo sensato, para ver florecer la paz, cuando nos amemos todos, por ser lo que somos y vivir en lo que sería un Edén, donde brillen todas las ideologías sin echar bala, ni minas quiebrapatas, ni masacres, ni esos odios enfermizos que hacen que los seres humanos parezcan o locos de atar, o simplemente imbéciles.  

sábado, 25 de diciembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 25_12_2010


La Navidad
Hay algo en la navidad que produce un movimiento masivo de los seres humanos hacia Papá Noel,  el Niño Dios y el pesebre. Vivo en Usaquén, y todas las noches veo llegar la gente a visitar el parque iluminado para la época de Navidad. Digamos que son manifestaciones que producen un movimiento masivo hacia lo positivo de la existencia, básicamente generado por el nacimiento del Niño Jesús.
No sé que tanto en los adultos, pero en los niños el acontecimiento es de una alegría, de una felicidad, como en ninguna otra época del año. La sorpresa es que sí hay en el mundo un motivo que nos congregue alrededor de la paz y el sentimiento profundo de la alegría.
El deseo de todos es que los seres humanos, en general, sí pueden vivir unidos por un motivo, por alguna razón. Si el Niño Dios nos trajera la igualdad para todos, la aceptación de nuestra condición espiritual en firme, para respetar al otro, y estar al servicio de los demás, sin egoísmo,  podríamos pensar en hacer un mundo unido, comprensivo de los problemas comunes y afines en el deseo de salvar al planeta Tierra amando a los demás y respetando su naturaleza.
El efecto contrario a este sentimiento es el que me produce al pasar por frente al Baloto, ($15.000.000.000 de premio en la actualidad), pues me imagino la creación de un nuevo rico. Y  me hace pensar que todo en el mundo está dispuesto para agrandar las diferencias entre los seres humanos, fomentar el odio por todo lo que se oponga al egoísmo, y continuar con todas las tragedias que este sentimiento le ha traído al mundo.
¡Cómo sería de distinto todo, si entendiéramos el mensaje que nos trae la Navidad! Si así fuera, ya el mundo habría cambiado a buscar un arreglo de todos los problemas que nos separan. Por ejemplo que en el planeta tierra se hablara un solo idioma, una sola creencia, y claro, una cultura común conocida y practicada por todos. Les puedo asegurar que seríamos felices entonces.
Pero claro, la mayoría de los adultos piensa que esto es un absurdo. Incluso se pensaría que es un atentado contra la libertad. La libertad de ser diferente y odiar por eso a los demás, a quienes miramos no sólo por encima del hombro, sino con un odio asesino.
Los Orientales hablan de la compasión, como la forma de entender esa diferencia. Y los Occidentales, como en el caso de Hitler en el siglo pasado, justifican realizar la masacre de esa diferencia, para lograr que en el mundo sólo pise la tierra la raza aria.
Y como todas las cosas que se fundamentan en el odio a los demás, bajo la creencia de que el ego, en este caso el ego europeo, es lo máximo, el término raza aria, según Wikipedia, “es un concepto cuya aceptación alcanzó su auge en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Algunos etnólogos del siglo XIX propusieron que todos los pueblos indoeuropeos eran descendientes de un supuesto pueblo antiguo, conocido como los arios. Y esto se generó en el odio generado por varios movimientos europeos de carácter colonialista y nacionalista de la época, que abrazaron esta idea, en especial el nazismo alemán.”
Y el caso es que ni la raza ni la etnia son importantes para formar la cultura, que nace de su raíz con la naturaleza. En Colombia, ya nadie se siente español, sino formado por la tierra que lo vio nacer. Así de simple. Y es que la naturaleza que rodea al ser humano, es su madre legítima, llamada a propósito: la madre naturaleza.
Y hoy que tenemos al Niño Jesús como referencia en nuestra formación interior, además, nos llega de perlas, aquel concepto emitido por este “sute”, más tarde, sobre la necesidad de amar a los enemigos, lo cual obliga a acabar con el odio, y a formar al ego dentro del amor y el respeto, por la diferencias, a todos los demás… Pero me pregunto: ¿Quién se atreverá a decirlo? Imagínense ustedes: al que fue capaz, lo crucificaron. Y llevamos 2000 años esperando a que esto suceda: Amar a los enemigos.... No, eso ni de fundas... dirá algunos. Bueno, decir eso, es lo fácil.

martes, 21 de diciembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 21_12_2010


Oración de Navidad
Niño Jesús, te doy las gracias por todos los beneficios que he recibido en esta vida. Te pido perdón por las faltas que cometí, y espero que me ayudes a verlas y a enmendarlas. No dejes jamás que yo te niegue, o te ignore, o te desconozca. Por el contrario enséñame a conversar contigo, y a mirarte como el amigo leal y siempre presente, que Tú has sido. No me dejes menospreciar a los demás, ayúdame a entenderlos y a ser tolerante. Incítame a servir y procurar que todos los que se hallen a mi alrededor estén bien, y que yo sepa tener carácter, tino, sutileza, y ante todo tu verdad, cuando ellos estén mal. Invade mi espíritu con el Tuyo, para dar el buen ejemplo. No me dejes murmurar, aunque tenga razón y sea cierto. Enséñame a perdonar como lo hiciste Tú, cuando de grande te clavamos en la cruz, y deja que el egoísmo pase sin hacerme mella. Que cuando todos me abandonen, siempre sepa que estás Tú presente, como el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas, y que no importa entonces ni la ingratitud ni la envidia humana. Que no me olvide nunca de las personas que quiero, especialmente de los niños como Tú, a los que cada noche debo recordar como mensajeros de tu afecto. Que en el cielo, que es un estado de nuestra alma, estén ellos como muestra de tu cariño por nosotros en la tierra. Hazme santo sin la gloria terrena. Que yo pase por la vida sin dejar rastro, que no sea igual al que Tú has dejado en la tierra. Permite que yo recuerde tu nombre en todos los momentos de mi vida, en las cosas simples especialmente, para que aprenda a ser humilde, como Tú, ya grande, cuando subiste a la cruz. Y dame la fe, como esa virtud de la que nacen las demás virtudes. Finalmente, que cuando muera sea una fiesta, que nadie llore de verdad, que todos sonrían sin egoísmo, que no haya avisos de prensa ni notas necrológicas, y que mis deudos y las personas que me quisieron, sientan que yo me he ido sin dejar huella distinta a ese sentimiento que nace en las personas que te quieren, y que sólo buscaron en Ti la única verdad.

viernes, 17 de diciembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 84


La Amazonía

La violencia suele dejar por largo tiempo el trauma dejado por el odio que nos legó la conquista española por tres siglos, y que aún perdura por dos siglos más en nuestro medio. Si queremos tener una experiencia auténtica sobre esto, nos basta leer a Wade Davis, en dos de sus textos: La Amazonía Perdida y El Río, donde a cabalidad nos demuestra nuestra total ignorancia con respecto no sólo a lo que tenemos, sino a la manera española como miramos a nuestros indígenas, su cultura, su lengua, su religión, que tienen varios milenios de habitar en nuestra tierra, con una riqueza cultural que Davis, un biólogo, admira por su riqueza y lamenta el desaprovechamiento que la sociedad colombiana hace de espaldas a lo que sería la redención económica y cultural de nuestro pueblo.
Uno no se explica por qué pensamos en un TLC que acabaría con nuestra incipiente industria, y dejamos de lado un bien único, que no tiene competencia alguna, dada su posición sobre la línea ecuatorial, en donde Davis encontró una flora que podría llegar al mundo con una variedad increíble de especies, para enriquecer la existencia humana. Donde lo poco que se conoce es “la mata que mata”, para los ignorantes, porque para los aborígenes, es utilizada con muchas otras especies, en su vida cotidiana, especialmente contra las enfermedades, lejos, muy lejos de la adicción que causa en Occidente, especialmente en los países desarrollados.
Nada más errado. A Wade Davis su vivencia con los aborígenes le dejó un conocimiento increíble. Naturalmente, él fue a la Amazonía como toca hacerlo: a aprender de ella, y no como turista, sino como un habitante que se relacionó con los que conocían el medio. Y no fue de paseo o de weekend, sino por largos años de estudio. Fue amigo personal de todos sus habitantes y convivió con ellos a los largo de todas las peripecias que tiene la vida. El diario vivir fue su mejor medio de conocimiento, y también el pasar por las tristezas, los problemas y también las felicidades que trae consigo la vida cuando se vive tal cual, sin pensar en que uno es extranjero o que pertenece a la sociedad civilizada, hoy entre comillas, por el calentamiento global.
Se podría pensar que la Amazonía debería ser, además, un territorio universal, sin dueños, dedicado a cuidar la existencia humana sobre la tierra. Estamos llegando a un número de habitantes que puede en poco tiempo superar la capacidad del planeta Tierra para alimentarlos. Pero especialmente no se ve que exista en los medios científicos y gubernamentales del mundo, una preocupación por su desarrollo.
Hace unos atrás, llegó un comunidad religiosa protestante a la Amazonía colombiana, pero con un fin que no le permitió profundizar en la naturaleza, siendo esta, curiosamente, la mejor expresión de Dios, como espíritu creador. Recuerdo que se llamó “Loma Linda”, el sitio donde se establecieron, y el objetivo fue catequizar a los aborígenes, además de llenar la selva de plástico y destrucción ambiental.
El resultado fue naturalmente negativo. De “Loma linda” no quedó nada afortunadamente, pues lo peor que hubiera sucedido, es pensar que la selva se debe civilizar, que es en resumen, acabar con ella. Y esto no lo puede hacer el mundo, a no ser que entre en un grado de estupidez, que no le permita ver el daño que le ha hecho a la tierra el efecto invernadero, causado por el mal manejo de los desperdicios y la contaminación del aire.
Alguien decía, ya para terminar, que debíamos dejar en los edificios nuestra creencias en concreto armado, para regresar a la naturaleza, a vivir con los árboles, las flores, el agua pura, las nubes del cielo, y la fauna, incluyendo a las fieras, para entender que este pájaro llamado Tierra, que nos da gratis anualmente una vuelta alrededor del Sol, es nuestro, en la medida que lo amemos de verdad, como debe ser, cuidando su frágil existencia y estudiando profundamente su corazón natural.

sábado, 11 de diciembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 9_12_2010


Bendición de Israel

Isaías 44, 1-5. Ahora, pues, escucha, Jacob, siervo mío. Israel a quién yo elegí. Así dice Yahvé que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda: “No temas, siervo mío, Jacob, Yesurún a quién yo elegí. Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca. Derramaré mi espíritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de ti nazca. Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a corrientes de aguas. El uno dirá: “Yo soy de Yahvé”, el otro llevará el nombre de Jacob. Un tercero escribirá en su mano: “De Yahvé” y se le llamará Israel.”
Sobre Yesurún, la Biblia de Jerusalén dice que es un nombre poético de Israel. También hay que mirar la frase:  “Ahora, pues, ESCUCHA, Jacob, siervo mío”, en referencia en que hay que escuchar. Aprender a escuchar es básico si se quiere leer la Biblia. Todo buen cristiano escucha para poder conocer a Dios. Allí encontramos la palabra de Jesús, siempre vigente; no importan que hayan pasado 2000 años, siempre es nueva…
Verbum Domine de Benedicto XVI, al respecto de la palabra, en su numeral 12 dice: La tradición patrística y medieval, al contemplar esta Cristología de la Palabra, ha utilizado una expresión sugestiva: El verbo se ha abreviado. Y continúa diciendo, los Padres de la Iglesia, en su traducción griega del Antigua Testamento, usaron unas palabras del profeta Isaías que también cita Pablo para mostrar cómo los nuevos caminos de Dios fueron preanunciados ya en el Antiguo Testamento. Allí se leía: “Dios ha cumplido su palabra y la ha abreviado.” Para Dios, Jesús es la palabra. La palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. La palabra se ha hecho niño, para que esté a nuestro alcance.
Ahora la palabra no sólo se puede oír, no sólo tiene una gran voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret. Y continúa diciendo la Verbum Domine: Siguiendo la narración de los evangelios, vemos cómo la misma humanidad de Jesús se manifiesta con toda su singularidad, precisamente en relación con la palabra de Dios.
Él, en efecto, en su perfecta humanidad, realiza la voluntad del Padre en cada momento; escucha su voz y la obedece con todo su ser; el conoce al Padre  y cumple su palabra; nos cuenta las cosas del Padre; “les he comunicado las palabras que tú me diste.”
Por tanto Jesús se manifiesta como el LOGOS divino que se da a nosotros, pero también como el nuevo Adán, el hombre verdadero, que cumple en cada momento no su voluntad sino la del Padre.
Él iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, ante Dios y los hombre. De modo perfecto escucha, cumple en sí mismo y nos comunica la Palabra divina.
Finalmente, llegamos nuevamente al verbo escuchar, como la única manera de seguir la palabra de Dios.

lunes, 6 de diciembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 83


Adiós a las armas
En estos días de Navidad me puse a pensar como un niño chiquito, cansado de ver toda la parafernalia que monta la gente con la cultura del mundo desarrollado occidental, (Papá Noel, Árbol de Navidad, luces, etc.), y no vemos por ningún lado al Niño Jesús, el verdadero protagonista de Diciembre.
Resolví soñarme con Él. Y efectivamente nos tomamos un tinto en el Juan Valdez del Centro Comercial Hacienda de Santa Bárbara. No estaba nada molesto con el tema de la indiferencia ciudadana, sino con el tema de mi blog: Encuentro con la Violencia. El Niño Dios, era de meses, pero ya se comportaba como una persona grande. Me tocó solamente ayudarlo a sentar en el asiento, lo que hicimos totalmente solos por motivo de la lluvia, ya que este café, apenas llueve, aleja los clientes, porque ocurre que las carpas dejan pasar la lluvia.
Me miró muy serio y me dijo de una buena vez: ¡Hay que prohibir el uso de armas en el mundo! Quedé circunspecto. Como siempre me supuse que este tema no tenía “rating” en los medios de comunicación. La explicación es que un niño se maravilla de los adultos, que no son capaces de coger el toro por los cuernos, siendo tan fácil, tan lógico, tan necesario, si se trata de acabar con la violencia en el mundo, para salvarlo de la debacle... “¡Hombre!”, me dijo golpeando con su manita sobre la mesa. Quedé sorprendido porque se derramaron los tintos. Y Él se rió de buena gana. Los niños chiquitos no saben de esos complejos que tienen los adultos en un caso así. Su merced tiene toda la razón le dije, mientras con el mesero arreglábamos el problema.
Era en realidad el manejo de una lógica que sólo manejan los niños chiquitos que adolecen de los complejos de los adultos. Me sugirió que insistiera en el tema de la supresión de las armas de todo tipo, no sólo las nucleares. Las armas cortopunzantes y las contundentes, y llegó hasta el caso de los alfileres… Yo me reí, y eso no le gustó mucho. Él hacía alusión a las mujeres. A los hombres les gusta son los cuchillos, dijo muy serio. Luego de un momento de suspenso, inesperadamente comenzó a reír. Se botó del asiento y salimos brincando al parque que queda frente al hotel Hacienda Royal. La verdad nunca había brincado tanto en mi vida. Al fin terminó en uno de los columpios, y yo detrás de Él empujando. Sus referencias al tema se diluyeron totalmente, en medio de una alegría increíble por el movimiento del balanceo. Finalmente me abrazó emocionado y cuando menos lo esperaba desperté hecho un idiota, sin saber qué decir en conclusión. Me parecía que el Niño Dios tenía razón. ¿Qué objeto tienen las armas? En realidad ningún objeto, ninguna justificación, fuera de matar o de dar miedo. Las inventaron los hombres que se sienten con derecho a quitar la vida que es sagrada, y que no la fabrican en China. Es probable que los adultos nos riamos del Niño Dios. ¡Dizque terminar con las armas! Y me quedé pensando: ¿Será torpeza? Bueno, me propuse hacer una excepción en esta Navidad y proponerle al mundo que terminemos con las armas. Es decir con todas las armas. Que no haya ni un muerto por ellas más en la tierra. Le leí el artículo al mesero del Juan Valdez de Hacienda, y me miró sonriente. “Eso solo se le ocurre a ese niño con el que vino ahora.” Los niños son así. No conocen a los adultos. Ellos, me dijo muy serio, han venido al mundo recién hechos. Ellos meten su dedito en la llama de una vela para ver qué es eso, o bien, se extasían viendo una gota de agua que no han visto nunca antes. Si claro, concluí: ellos jamás entenderían matar a alguien. Ni siquiera al Diablo.

martes, 30 de noviembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 25_11_2010


El acompañamiento del Cordero

Apocalipsis 14, 1-5. El Cordero estaba en pie sobre el monte Sión, y con Él 144.000 que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el de su Padre. Y oí un ruido, un canto nuevo. El tema del canto celebra la nueva liberación del pueblo de Dios, y el nuevo orden instalado por el Cordero inmolado. Los 144.000 son íntegros y fieles, han rechazado la idolatría y pueden ser desposados con el Cordero.
Se utiliza el término lujuria en sentido metafórico, para aludir a la idolatría, el culto a la Bestia. Por el contrario los 144.000 son vírgenes y siguen al Cordero a donde quiera que vaya.
Dice el Diccionario de la Biblia, que Cordero es la expresión utilizada por Juan Bautista para designar a Jesús, (Jn. 1, 25-35), y el Apocalipsis como símbolo de Cristo, degollado en rescate por el pecado, (Ap. 5, 6-14).
Dice el Ap., que los 144.000 cantan un cántico nuevo delante del trono, de lo vivientes y de los ancianos. Para los judíos los ancianos representan no sólo a las cabezas de la familia, sino también a la jefatura de la tribu. En síntesis es la buena nueva del cántico que sólo lo pueden aprender los 144.000 dentro del pueblo.
Porque al final de los versículos 4 y 5 dice el Ap. textualmente: “Estos siguen al Cordero a donde quiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero, y en su boca no se encontró mentira: no tienen tacha.”
Verbum Domini de Benedicto XVI dice en la página 193, Juan nos hace contemplar: “…en el prólogo de su evangelio, que todo el ser está bajo el signo de la palabra. El Verbo sale del Padre y viene a vivir entre los suyos, y retorna al seno del Padre para llevar consigo toda la creación que ha sido creada en Él y para Él. La Iglesia vive ahora su misión en expectante espera de la manifestación escatológica del Esposo: El Esposo y la Esposa dicen: ¡Ven! (Ap. 22,17).”
En resumen el Cordero no está solo. Lo siguen todos aquellos que se diferencian de los demás, porque quieren ser como Él, sin tacha, y escatológicamente se encontrarán con Él, cuando trasciendan de la vida. Esa es precisamente toda la creación que será llevada por Él al Reino del Padre.

lunes, 29 de noviembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 81


El error humano de las armas

Mi compañero de caminatas me sorprendió ayer con un sueño que tuvo, que lo trasladó 10.000 años adelante. Lo miraba incrédulo, pero él actuaba como si todo fuera verdad. Los sueños, no son sueños, me decía, al contrario son una realidad que lo conmovió hasta el cogote. Y juró que se sintió mejor que nunca; era para él una revelación bíblica de estricto cumplimiento. Negarla era herejía.
Era el 12010, me explicó, cuando caminaba por la plaza de Bolívar y se encontró con el Alfonso Cano (12010) de entonces. Me cuenta que no estaba barbado, ni con el consabido camuflado, sino vestido con un traje común y corriente. Tanto que al principio no supo quién era. La aproximación la hizo Cano, ofreciéndole una manotada de arroz integral, y lo invitó a sentarse con él, para que llegaran las palomas revoloteando por todos lados en busca de un grano de arroz. Se sentaron cerca de la estatua de Teneranni de Bolívar, que Cano (12010) siempre quiso cambiar por la de Santander, porque le parecía que el Hombre de las Leyes le parecía mejor mirando al Congreso que Bolívar, luego de comprender que la constitución boliviana hecha por el Libertador, era de corte monárquico.
Cano (12010), desde hace un tiempo se aficionó por las normas de derecho dizque porque la ONU había acordado suprimir las armas en todos los países del globo. La norma entonces, era lo único que servía para luchar por el pueblo. El Estado de Derecho, le parecía a Cano (12010) lo último en guarachas…
Me reí a las carcajadas con mi sueño, dijo, mientras las palomas se nos paraban hasta en la cabeza. Algunas nos regalaron una deposición en el vestido. Y otras nos picaban la mano para sacar el grano.
Pero aquello no me parecía un sueño, me explicó. ¡Hubo que hacerlo!, afirmó con un tono concluyente, y escribió el sueño para la prensa, y cuando yo le dije que no habría nadie quién le creyera semejante cuento… Se rió afirmando con la cabeza, y haciendo con ambas manos un círculo en cada sien, significativo del suicidio. No creas, me respondió mirándome a los ojos. Quedábamos en el mundo apenas 150 personas, luego de terminada las guerras de siempre, entre Irán y los Estados Unidos, las Coreas, los palestinos y los judíos, etc., etc. A propósito no quedaron ni un solo judío y ni un solo palestino. El último que sobrevivió a la lucha, se suicidó, cuando se vio solo.
Hacía poco se había reunido la ONU, formada por 10 sobrevivientes, para acordar la supresión de las armas y establecer al fin el respeto por la vida de los seres humanos. Hubo consenso unánime para evitar por medio de las normas, todo homicidio humano. Escogieron a Colombia para reunir a los sobrevivientes. Se dispuso el uso de un solo idioma, y una sola nación, una sola creencia y una sola autoridad civil. Colombia era ideal porque tiene tres cordilleras que forman 6 vertientes con todo los climas. La fauna y la flora eran abundantes. Y como existía el carro eléctrico desde hacia varias décadas… (habían quebrado Chávez y los países petroleros del Asia Menor), de manera que el efecto invernadero del mundo se transformó a como era en el principio de los tiempos la atmósfera pura y diáfana.
Cano (12010) parecía feliz lleno de palomas en torno a él. Es necesario que salvemos a la humanidad, dijo, como descubriendo el agua tibia. Había surgido entonces una sola ideología, pues todo el mundo estaba convencido hasta la saciedad que la violencia no fue nunca la solución a los problemas humanos. Se convencieron todos que el amor puro era la solución a todos los conflictos. Y así terminaron… Y a diferencia de aquellas épocas de guerras, nació en cada corazón una creencia sublime: la vida humana no era hecha en los países desarrollados, sino que fue un tipo que se llamaba Dios y que Él mismo había mandado a su Hijo para enseñar a vivir en el Amor, pero que nadie le hizo caso, porque las diferencias violentas humanas, no lo permitieron.
Bueno, concluyó mi compañero de caminata, llevé el artículo a los periódicos y me dijeron que eso no tenía “rating”, luego no era publicable.  Amén.

domingo, 21 de noviembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 18_11_2010


La vida nueva en Cristo 2

Efesios 5, 6-14: “Despierta tú que duermes, y levántate dentro de los muertos, y te iluminará Cristo.”

El grupo ha llegado puntualmente a las 7 p.m. La charla y los celulares, comienzan a apagarse poco a poco… Hasta que el Padre Alex pide silencio y comienza a sonar la música, mientras todos se sientan en su sitio y muchos cierran los ojos… La letra de la música dice: “Hay momentos que…, no debían terminar. Hay momentos que debían ser eternidad. Cuando oigo dentro de mi, tu voz que me llama, siento una gran fuerza, y mi corazón estalla: te amo mi Señor, te amo con las palabras, que me llegan al alma para cantarte: Te adoro mi Señor, no hay nada alrededor, solo estamos Tú y yo…”

  Jesús es la luz del mundo. Por esa luz conocemos el mundo como debe ser; encontramos a través de Él la bondad, la justicia y la verdad. Pero ¡cuidado!, hay en el mundo muchas maneras para ocultar esto con la mentira. Se niega la bondad, la justicia y la verdad con la mentira. Se disfraza la existencia para negar la verdad, se justifica la mentira, y se cambia por el odio, la bondad.
Donde hay luz podemos ver. Donde hay oscuridad no. Los bautizados somos los iluminados, porque tenemos luz. Y el parámetro es el evangelio que nos da una forma de vida. Una vida santa. Vamos entonces por el camino de la luz, siguiendo la palabra de Jesús en el evangelio.
La gloria de Dios es la autonomía del hombre, porque cuando Dios se hizo carne, se hizo humano, para darnos el ejemplo de ser iluminados. Entonces con el evangelio sacamos de las tinieblas lo que se esconde. Sacamos la maldad de nuestro interior, porque podemos ver la verdad.
Yo soy lo que tú eres, nos dice Jesús. Siempre que lo hemos querido así. Yo en ti, y tú en mí. En mí, por eso, la maldad no tendrá voz en mí. Cristo será mi sombra, es la manera de seguirme. El gusta de visitar a los que están en las tinieblas.
Cristo fue capaz de ver la luz nuestra en las tinieblas, la luz de Dios en nuestra tinieblas. Y esto, cuando funciona positivamente, es la manera como Cristo nos da la libertad. Estamos amarrados a la maldad, lo vemos diariamente, los sentimos, lo vivimos en nosotros. El secreto es ver donde estamos. Parar nuestra existencia, a ver como está, donde está, que tanto ha perdido la libertad, y cómo, podemos librarnos para salir a la luz… Ahí está Jesús, esperando.
  Está esperándonos para sanarnos. Y cuando lo hace somos libres y podemos llegar a la bondad, la justicia y la verdad. Conocemos la felicidad, el sentirse pleno, el ver que la vida, que es sagrada, la hemos sabido llevar a la plenitud. Estamos satisfechos.
Vemos en cambio con tristeza a los que siguen en las tinieblas. Ellos creen que la vida es estar en la oscuridad, en la adicción, en la fornicación, en la materialidad, en fin. Pretenden, por ejemplo, combatir los embarazos de los jóvenes, con preservativos o con la píldora del día después, para que sigan en las tinieblas.
La imaginación es la loca de la casa… ¡cuidado!, tiene un poder muy grande para las disculpas, para inventar, para justificar con toda clase de argumentos, lo que está mal.
Por eso no puede haber temas tabú para la fe cristiana. Hay que analizar, y sobre todo hacer el discernimiento espiritual siguiendo las palabras del evangelio de Jesús.
Les dice San Pablo a los Efesios para prevenirlos con los que no siguen sus enseñanzas: “No tengáis parte con ellos. Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de luz, pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.”
El padre Alex nos pide que cerremos las biblias y que pongamos punto final a nuestras preguntas. Prende una vela en el centro del recinto, y apaga la luz… Hay que meditar. Hay que sellar en el corazón lo aprendido. Hay que volver los ojos hacia adentro… Y el padre Alex prende la grabadora:
Hay momentos que…, no debían terminar. Hay momentos que debían ser eternidad. Cuando oigo dentro de mi, tu voz que me llama, siento una gran fuerza, y mi corazón estalla: te amo mi Señor, te amo con las palabras, que me llegan al alma para cantarte: Te adoro mi Señor, no hay nada alrededor, solo estamos Tú y yo…”


lunes, 15 de noviembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 80_2


EL EGOÍSTA

No es fácil hablar del egoísta. Habría que romper el cielo donde vive, y traerlo de mala gana a la tierra. Seguramente echando vainas, y diciendo malas palabras, ya que según él, el puede llamar a todo el mundo nombrándole la madre primero, y luego apodándolo hijo de la gran casualidad.
Eso le pasaba a Hitler cuando en “Mi Lucha” se refiere a los judíos. Y a Tirofijo cuando pensaba, en vida, sobre el Estado colombiano. Le pasa a los palestinos y a los judíos. En fin, Cualquiera con dos dedos de frente comprende donde está el problema. En el ego del ser humano que es donde se aloja el odio, y nunca sale de ahí, ni dándole con qué.
Ahora que hemos leído el libro de Ana Carrigan, “El Palacio de Justicia”, nos damos cuenta que el ego queda empantanado, hundido en el lodo, después de 25 años de egolatría. Todo el mundo tiene la razón, cuando se hace por la democracia, según lo comenta uno sus protagonistas ególatras. Y sucede que el ego ha enterrado gente y algunos desaparecidos, sin una explicación que la razón entienda.
Claro, cuando hablo de esa razón buena, exacta, me refiero a los seres humanos que adolecen de tener ego. Lo tienen guardado en una caja fuerte, y aún así viven temerosos que se vuele para el mundo, o se vaya para donde las prepago. Es una desgracia. Cualquier descuido es funesto.
En el budismo tibetano, la iluminación llega con la eliminación del ego. Y en el cristiano, con la humildad. Siendo la humildad un general de diez soles, cojonudo y estricto como él solo, que generalmente vive en los conventos, o en los llamados pendejos, por la masa bravía. Y no me refiero al ego que crece como la semilla de la mostaza. ¡No!, de la que habla Cristo, sino de aquella que crece con los electrodomésticos, el celular, la TV, y cuanta porquería material llega a través de los medios de la invasión masiva de comunicación carente de espíritu, y llena de dólares.
Pero si vamos a hablar en serio del ego, comencemos por decir que el egoísmo moral, o egoísmo ético, es una doctrina ético filosófica que afirma que las personas deben tener la normativa ética de obrar para su propio interés, si son gringos, y por el interés de los demás, si son proletarios.
Sin embargo es la única forma moral de obrar, la que permite realizar acciones que ayuden a otros, pero con la finalidad que el ayudar nos dé un beneficio propio, si somos gringos, y satisfacción espiritual, si somos hermanitas de la caridad.
Hablando en serio, es bueno que las personas pensemos en nuestro ego, no para ensalzarlo, como Hitler, sino como el del pobre Pomponio, en la Bogotá del siglo pasado, quién llevaba las invitaciones de la clase alta cuando se casaba, porque no había correo postal, y que era un mendigo que sólo se ponía bravo cuando le nombraban la madre, ya que el ego hay que ponerlo en su sitio, pues la vida es sagrada.
El egoísta moral se basa en la afirmación de sí mismo; que lo convierte en su propio soberano al volverlo consciente de su realidad moral y personal. La realidad es la de su propia existencia y su vivir en una realidad determinada. “El Palacio de Justicia” de Ana Carrigan, nos sirve de ejemplo, al cumplir el suceso 25 años, el 6 de noviembre de 1985, cuando ocurrió la toma de esta rama del poder público, por el M-19, que fue cuando entonces, uno de sus protagonistas, afirmó que su recuperación, (que fue un desastre mortal), se hizo por la democracia.
Cabe señalar finalmente, que en esa democracia, el hombre libre, tiene derechos, y claro, obligaciones; y una de estas, la más sagrada, es el respeto por la vida, donde no siempre, la legítima defensa, es válida.   

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 80


La vida nueva en Cristo

Efesios 5,1-6. Hay que vivir en el amor, como Cristo nos enseñó. Ni la fornicación, ni la impureza, ni la codicia, nos llevan a Él. Lo contrario, nos alejan de esa vida feliz y buena, que no por ser pasajera deja de ser santa. El camino del amor y la imitación de Jesús, es lo que nos hace felices. En eso consiste la vida nueva.
Lo mismo pasa con la grosería o chocarrería, las necedades, en fin, San Pablo nos hace ver que con Cristo ninguno de estos defectos participa del Reino de Dios. Hay que vivir como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.
Antropológicamente, es decir, desde el punto de vista del ser humano, hay que desprivatizar la fe, el amor, la bondad, para poder ver lo que somos nosotros mismos, y nuestra relación con los demás. Haciendo referencia al contexto en que nos movemos, para poder ver la bondad, la justicia y la verdad, tal cual. Porque hay que hablar en los términos de la conducta humana, y desde ahí, comencemos a desprivatizar, lo que nos permite salir de nuestro circulo y poder ver desde arriba, lo que nos rodea, y así, crear modificaciones que requiere nuestra conducta, lo que le hace falta en bondad, justicia y verdad.
Cada día tenemos que ir formando nuestra estructura. Tenemos que mirar los derechos humanos. Y si lo hacemos bien vamos a encontrar las conductas de los ultraderechistas, los fanáticos, los godos atrasados o los liberales con una libertad que se salta los derechos humanos, en fin, miles de características que el ego va formando con el odio o con las creencias de superioridad sobre los demás. La idolatría la podemos catalogar desde la frontera de la fe. Entonces debemos darnos cuenta que hemos perdido la identidad y vuelto nuestras creencias un fetiche. No somos dioses. Dios no tiene nuestro defectos, no es como lo imaginan los seres humanos malos, que asesinan, que fornican, que son impuros, en fin. Piensan que lo que hacen está bien, y se regocijan, sin saber que van camino de las tinieblas. Van a sufrir. Van a ser infelices.
Hay que tener cuidado entonces con la idolatría y los fetiches que nos rodean. Los encontramos especialmente en los medios masivos de la comunicación. Para poner un ejemplo, los periodistas se suelen ir por lo negativo. Si hubo un sacerdote pederasta, entonces para agrandar las noticias, para tengan buenos “ratings”, le hacen creer a la gente que todos los curas lo son.
Con frecuencia los medios masivos no critican sus errores, y menos aún, la deficiencia que tienen en gran porcentaje de ser ignorantes. No saben derecho, pero juzgan al detenido. Lo condenan “de una”, y se saltan el proceso penal que debieran conocer.
El 9 de abril de 1948 sirvieron de estímulo para el “bogotazo”, con 5000 muertos y miles de pérdidas materiales. Nadie dijo nada al respecto de haber servido los periodistas de estímulo a la debacle. En “El Palacio de Justicia”, tragedia que conmovió al país hace 25 años, el 6 de noviembre de 1985, donde murieron magistrados de la Corte Suprema y del Consejo de Estado, además de personas particulares, guerrilleros del M-19, soldados y policías, también sirven de ejemplo, los periodistas, de la inutilidad como seres responsables de no ver una situación caótica. Los guerrilleros del M-19 comenzaron a llamar a la prensa: “Si el gobierno no retira al Ejército, masacraremos a los magistrados.” Las emisoras y sus avisos publicitarios estaban de plácemes: todo el país prendió el radio. (Noticia tomada de la página 154, “El Palacio de Justicia”, de Ana Carrigan, Primera Edición Octubre de 2009, ISBN 978-958-8461-06-9).
El presidente de la Corte habla con la radio: “Pero magistrado Reyes (se refiere a Alfonso Reyes Echandía muerto en la tragedia), ¿qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer?”. El magistrado suplica que se dé la orden de cese al fuego. Pero el periodista lo único que hizo fue hacer más preguntas, que es lo que saben hacer. El magistrado le responde lo lógico: “Este no es el momento de hacer preguntas… Luego del cese al fuego le respondo.” Y colgó el teléfono. Y luego pasó lo que ya sabemos. El periodista no entendió nada.
Este es sólo un detalle de semejante tragedia, pero es excelente para darnos cuenta del contexto que vivimos, siempre de espaldas a la verdad, a la justicia, a la bondad, y sin tomar sentido a hacer del país, al fin, un civilización cristiana, en que todos somos iguales en Cristo, hermanos de Dios, hechos por Él, donde todo se fundamenta en el amor puro que nos enseñaron Jesús y María. Por eso, este tipo de comportamientos, lo afirma San Pablo, relajan la unidad, la destruyen. Son comportamientos que no tienen presentación pues no son dignos de un cristiano. Vivamos como nos lo enseña el evangelio, pues. 

lunes, 8 de noviembre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 4_11_2010


La Exhortación

En Efesios 4, 25-32, San Pablo dirige su exhortación hacia la vida nueva en Cristo, sin mentiras pues todos somos miembros unos de otros. Sin estar aireados. Sin Robar. Ayudar al necesitado. No utilizar palabras dañosas, sino las que sean convenientes, y hacer el bien a los que nos escuchen. No entristecer al Espíritu Santo que vive en nosotros. Toda amargura, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad desaparezca de nosotros. Sed amables, y perdonar como Dios nos perdonó en Cristo.
En la Carta a los Efesios San Pablo nos lleva a pensar en Cristo, para poder enfrentar esta exhortación sobre nuestros defectos, para que con la  gratuidad de Dios, que es el don que nos hace conscientes a través de Cristo de la verdad interior propia, donde encontramos diariamente el cúmulo de defectos, de los cuales Cristo nos libró en la Cruz.
Son cuestiones prácticas que aparecen diariamente en la vida cotidiana nuestra, y que nosotros afrontamos con el don de Dios, que nos llena con el Espíritu Santo, para seguir la palabra de Cristo.
Cristo nos lo dio Dios como la entrada a su propio corazón, dentro de la gratuidad que es el don de Dios. Cristo es por eso la piedra angular de nuestros cimientos, para ser inconmovible nuestra alma frente a los hechos que mencionamos arriba, y para afrontarlos con éxito.
Todos los días al levantarnos debemos meditar sobre esto, y reflexionar sobre nuestros defectos, para corregirlos con la ayuda del Espíritu Santo. Muchas veces no soportamos a los demás. Muchas veces nos levantamos llenos de odio. Muchas veces no perdonamos. En fin, reflexionar cada día sobre esto, para corregir nuestras actitudes, que están fuera del corazón de Cristo. Los sentimientos los maneja Él. Y es imposible que se equivoque porque está fuera de su manera de ser, según lo demostró en la cruz. Él se da por nosotros. Deja atrás sus heridas. Lo fundamental es: “Perdónalos porque no saben lo que hacen.” Y se entrega al sufrimiento para salvarnos. Todos estamos salvados a su lado. Nadie está condenado, si ha tenido la inteligencia de abrirle la puerta al Espíritu Santo.
Tenemos que aprender a manejar nuestras emociones. Estudiar nuestras actitudes. Manejar nuestro vocabulario. Todo dirigido a ser ante los demás, como Jesús quiere. Estar al servicio de los demás, como lo hizo Él en vida, y prepararse internamente con la meditación, para dar de sí, el legado de Cristo de su amor y sacrificio.
Cristo está en todos. Lo que ocurre es que hay seres humanos que no se dan cuenta, o no les interesa, o están dominados por su ego terrenal, apegado a lo impermanente, a lo corruptible, a lo material. Lejos del Espíritu Santo. Y así destruyen su vida, con la adicción a lo material, su concepto de que su ego prevalece sobre todo. Cuando todos somos hijos de Dios, sus hermanos, iguales en todo, sólo diferentes en la vida sagrada que recibimos, original y única, irrepetible, con una misión personalizada, simplemente porque la vida, por ser sagrada, es un capital que recibe la persona, y por el cual debe responder ante Dios, el único que puede juzgar al hombre.
 Y siempre tengamos en mente como termina la epístola de los Efesios 4, 25-32: “Sed amables entre vosotros, compasivos, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.”



lunes, 1 de noviembre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 79


El Problema del EGO
El tema del ego parece un problema al que nadie quiere meterle mano, sabiendo que ahí se genera no sólo la violencia, sino el calentamiento global, pues la gente no se educa por la estupidez del individualismo, y la creencia en el súper ego que se siente el divino putas frente a los demás. El odio, como ocurre en las FARC intenta destruir el Estado colombiano, y así ocurre con tantos otros ejemplos que abundan en el mundo, y que no tienen una explicación racional. La vida es pasajera y es divina, y trasciende al más allá, cuando está cimentada en el amor al otro. El mundo sería una caja de música, si así fuera.
En América Latina está Colombia con el problema con las FARC y el ELN, y Perú con Sendero Luminoso, pero en Asia Menor hay varios ejemplos que no tienen explicación lógica, ya que los seres humanos andamos por debajo de los seres irracionales, ya que no sabemos por qué no podemos pactar la paz, siendo la vida pasajera, y teniendo ante sí el problema de un planeta que ya tiene problemas que lo pueden llevar a su desaparición.
El ego hace primar el odio sobre todo. Ese odio no les deja ver a los judíos y a los palestinos, por ejemplo, lo importante de una unión necesaria, si creemos que sus creencias son verdaderas, ya que lo lógico, es que estén fundadas en el amor. Fuera de allí, no hay sino destrucción y muerte. Tal como lo detallan los medios masivos de la comunicación diariamente.
Ya es hora de recapacitar. De entender que el tiempo es pasajero, que no tiene retorno. Que el ahora es el momento oportuno para cambiar el odio por el amor. No hay ideología ni creencia que esté por encima de amar al enemigo, y estar cada humano al servicio de los demás, por fuera de ese individualismo egocéntrico que nos ha dejado en el siglo pasado millones de muertos. Y aún no entendemos.
¿Por qué no hacer el ensayo? Es en el ahora, que los palestinos deben sellar su guerra con los judíos, y las FARC y el ELN con Colombia. ¡Se imaginan si así fuera! Con la plata que se gastan en armas, podríamos dedicarnos a calmar la pobreza, y a darle a los niños el  cariño que ellos necesitan. Así mismo, llegaríamos a entender que la educación del ego es más importante que todo lo demás.
El ego estaría limitado a las necesidades primarias del cuerpo, y el amor, a las necesidades primarias del alma. Así de simple.
Es urgente no dejar pasar el tiempo. Y pensemos que el ego también maneja las adicciones. En la Constitución de Colombia, está el artículo que habla del libre desarrollo de la personalidad, hecho a propósito para que los narcotraficantes pudieran desarrollar la dosis mínima, y ahora con la posible legalización de la marihuana, vamos a tener la urgencia  de educar al ego. Los animales irracionales no tienen  problema al respecto, pero los racionales, curiosamente, sí.
Lo máximo para un ser humano racional es el alcohol, la droga, fumar, para cegar la vida y destruir la familia, y además, visitar a las mujeres prepago (que tienen en su haber alrededor de 40 enfermedades sexuales para transmitir.) Pensamos que las adicciones son superiores a nuestra voluntad. Nos llevan a la muerte de la nariz, y creemos infantilmente que con leyes prohibitivas vamos a controlar lo incontrolable.
¿Por qué incontrolable? Porque el ego lo tenemos como dueño de nuestro hacer en la vida. El ego pide, y hay que darle todo, a pesar de que muchas de esas adicciones previenen sobre el mal que le dejan a la persona. Pero no, no hay tu tía, no se pueden controlar. El ego es superior a nuestra fuerza espiritual.
De manera que no nos quejemos. Vamos a estar en la olla, en ese pájaro que llaman tierra y que aún gira alrededor del sol. ¿Hasta cuando?  Bueno… procuremos que el ego no se entere al respecto, porque puede con eso justificar más su afición por las adicciones, dizque porque le dan más sabor a la vida, y claro, a la muerte.       

sábado, 30 de octubre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 28_10_2010


Somos familiares de Dios
Efesios 2, 19-22. “…ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios…” Jesús es la piedra angular que sostiene el edificio, el templo vivo que somos, es la base, el cimiento de toda persona, y somos familia porque somos hermanos e iguales en Jesús. Se acaban las diferencias, porque todos somos movidos por el Espíritu Santo, que es la forma como Dios vive en nosotros.
San Pablo nos está mostrando una comunidad, donde conviven gentiles y judíos. Judíos que son grecoparlantes, además.  Y en esto la eclesialidad es la forma de vida de las gentes que viven alrededor de San Pablo, donde su ejemplo, su forma de vida, es lo que atrae a los paganos. En el año 60 D.C., más que la predicación de San Pablo, es el ejemplo de vida lo que atrae, ya que entonces ya no vivía Cristo, sino en el alma de los cristianos.
Es el estilo de vida lo que cuenta. Ser familia de Dios, es vivir como hermanos. Ya no somos extranjeros, advenedizos, expatriados, discriminados… ¡No!, todos somos iguales, y vivimos unidos por un sentimiento de respeto y unidad. Lo que cuenta es vivir bien, sin problemas de relación con el otro, porque se respeta la diferencia.
Y el cristiano verdadero vive para servir al otro, para ayudarlo, para hacerlo sentir bien, en su contexto, en su ancestro, en su cultura. Todo ser humano es especial y único. Y forma parte de la comunidad como un integrante presente, vivo. Todos somos tomados en cuenta. Somos alguien en el medio. Contamos para todos.
La principal necesidad humana es compartir la vida en comunidad. Compartir con los demás con una espiritualidad social.
La individualización es por eso la peor cualidad del ser humano. Lo aísla del resto. Lo llena de prejuicios. Lo lleva a juzgar al otro. Lo hace imaginar lo que supone que es el otro. No reconoce que los otros son diferentes a él, sino que congrega a todos, en su real parecer y entender.
Tampoco podemos concentrar la eclesialidad, (forma de vida religiosa), en el templo. Jesús llevó una vida pública, no privada, o reducida a un templo. No, Él siempre estuvo con la comunidad. Allí donde hay gente, está Jesús. Donde está la comunidad, está la familia de Dios. Eso es lo maravilloso.
La teodicea es  la metafísica del conocimiento de Dios, y eso nos lleva a ver su existencia dentro de la comunidad, como parte fundamental de la familia. Luego no lo podemos reducir a los templos. Él está dentro de nosotros, en el contexto social. Actuando siempre, cuando lo dejamos actuar. Vivimos con Él en medio de lo cotidiano, cuando somos conscientes de su amor divino, misericordioso, de su actitud siempre presente cuando lo llamamos y de esa gratuidad infinita, que no tenemos como pagarle o devolverle, sino con nuestro amor. Eso es lo que quiere de nosotros, y le basta.    

   

jueves, 28 de octubre de 2010

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 78


La estupidez del odio
Ahora vamos a tener en Venezuela un reactor nuclear, y además como hay países nuestros que son amigos del Islam, ¡estamos hechos! Para Irán, uno de los países islamitas, los gringos son Satán, y a Satán hay que matarlo. Una muestra de ello ocurrió un 11 de Septiembre, a comienzos de esta década primera del año 2000, y esto quiere decir que estamos expuestos a ser eliminados, ya que los países que tienen la bomba atómica, saben que hay que disparar primero para eliminar el peligro.
UNASUR ha permanecido callado ante esto. A los países de UNASUR, les parece terrible, en cambio, las bases militares colombianas, (no gringas), que combaten el terrorismo y el narcotráfico; un mal que afecta no solo a los adictos, sino también genera la ayuda para todos los grupos terroristas en el mundo, y que en Colombia, en particular, produce la muerte y la tragedia de muchas familias colombianas, en diversas formas de delitos de lesa humanidad.
La xenofobia contra los gringos nos debe hacer pensar que ya tenemos un motivo a la vista, para que el mundo desaparezca, cuando matemos a Satán. No cabe la menor duda que el odio nos conduce a eso. La gente lo sabe. Pero no reflexiona al respecto. La idea queda dormida, como ocurre con los odios que el mundo vivió, por ejemplo, en el Siglo XX.
No sabemos ¡por qué diablos!, (ahí sí), no aprendemos. Seguimos en lo mismo, cometiendo las mismas estupideces. Y no tenemos presente que el odio no nos permite vivir la vida pasajera como se debe: en busca diaria de la felicidad de uno mismo y de los demás. No podemos ser felices, cuando sabemos cuántos africanos mueren de hambre, mientras compramos reactores atómicos, para poner uno solo ejemplo de los miles que habría, para hacernos reaccionar como cristianos.
Es más, el mal del narcotráfico, no lo vamos a arreglar con reactores atómicos. Y curiosamente, aunque aquí no juega la xenofobia contra los gringos, juega la idea de que es imposible legalizar la droga, porque sería aumentar el consumo.
¿Pero se habrán preguntado los seres humanos racionales, quienes forman el consumo? Parecería que el consumo lo forman animales irracionales. Inclusive sería una calumnia grave, porque no sabemos que los elefantes fumen, y las jirafas consuman alcohol.
Lo propio entonces sería acabar con los reactores nucleares, por el peligro que representan, y legalizar la droga, para que los seres humanos podamos vivir en paz. A los adictos hay que hacerlos entrar en razón, (son seres racionales), antes de que mueran sin neuronas, y puedan pensar sobre el enorme mal que le producen los consumidores adictos del mundo a los países productores, para no referirnos al mal que ellos mismos se hacen, a sí mismos, a sus familias, y a la sociedad en general. ¿Será que decir esto es una estupidez? Probablemente lo es para los que viven del enorme negocio que genera el narcotráfico, cuya lucha contra este mal, para lo que sirve, es para mantener altos los precios de la droga, y justificar los enormes costos de esta guerra inútil, que gasta los recursos que se merecen los seres racionales, para vivir una vida digna, sin los odios que genera la estupidez del odio y las xenofobias.    
  

viernes, 22 de octubre de 2010

LECCIÓN DE CRISTO 14_10_2010

Judíos y gentiles reconciliados entre sí y con Dios

Efesios 2, 11-13. Son tres versículos con mucho contenido, en cuanto a la historia de la salvación. Y decimos históricamente porque hasta San Pablo, el apóstol de los gentiles, era necesario ser circuncidado y ser judío, para salvarse. Ahora no, como vemos en el versículo 11: ”Así que, recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne, llamados incircuncisos, estabais a la sazón lejos de Cristo.” Y San Pablo afirma que ahora por su pasión y muerte estaban en igualdad, como lo está todo el mundo. Por gracia de la sangre de Jesús, todos los humanos estamos salvados. Sólo falta creer y tener la vivencia con sus palabras, cuando dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” Ahora todos somos iguales. Inclusive, 2000 años después, en el Vaticano Primero, se decía: “Fuera de la iglesia no hay salvación.” En el Vaticano Segundo, se corrigió. Basta que la persona crea en Jesús, y por los mérito de su sangre, puede salvarse.
La sangre tiene el significado de la pasión y muerte de Jesús, cuyo objetivo fundamental, fue salvar a la humanidad del pecado. Fue la misión encomendada a Jesús por Dios, siendo la Virgen María la corredentora, y el Espíritu Santo, el paráclito que está en el corazón del verdadero cristiano, sin distingos de raza, nacionalidad y religión.
El pacto con Dios que figura en el Antiguo Testamento, cambió con Jesús. Y se reduce a la misión que cumplió Él por la humanidad, y no sólo con el pueblo judío. Es la alianza que se repite en la Eucaristía, cuando Jesús está en las especies del vino y el pan, y habita en el ser humano que lo recibe, sin importar si está circuncidado o si es del pueblo judío o sometido a la ley del Torah.
Entonces la salvación de un ser humano, depende exclusivamente de él. Es un pacto con Jesús, quién nos enseñó, quién es nuestro Dios Creador, el que nos hizo, y con quién solamente debemos tratar nuestra salvación. Y esto ocurre en forma comunitaria, porque el ser humano tiene una relación personal con sus hermanos de vida. Con ellos realiza, a través del ejemplo, el pueblo de Dios.
Con el amor fraterno todo se logra. El individuo crece y la comunidad crece al ritmo de sus integrantes. ¡Cómo es de maravilloso estar con los hermanos así! Todos aprenden. Todos viven la fe en Jesús. Todos crecen día a día, como la semilla de la mostaza. Se crea así un estilo de vida común, se tiene una raíz en la naturaleza, y un amor divino que permanece siempre en todos, sin distingos. Una unión donde se convive con el Paráclito. Así es el pueblo de Dios, donde todos somos iguales, porque todos somos hermanos.
En el Antiguo Testamento Dios le prometió a Abraham y a Moisés tierra. Después les promete descendencia. Luego libertad. Fueron un pueblo libre. No son esclavos de nadie. Se someten a la ley y a las instituciones. Se forman así las tribus judías. En el año 587 A.C. tienen el problema de la invasión de Nabucodonosor que destruye todo. Las tribus quedan dispersas por los babilonios. Se acabó todo.
Pero los judíos se reinventan. Yo no es por la tierra, como originalmente, sino por la gente que forman las diásporas a los largo del Asia Menos y del Mediterráneo. Gente que comienza a vivir en lo que cree, y vuelve la ley, y se reúnen en las sinagogas a volver a ser judíos. Se ganan nuevamente la identidad. Aunque muchos se casan en Babilonia con extranjeras… pasa el tiempo, y queda la misión de los profetas que le recuerdan a los judíos… su identidad.
Porque el Asía Menor fue un lugar de paso para los imperios de Babilonia, Egipto, Grecia y Roma. Por eso cuando aparece San Pablo, hay que tener presente que él se educó, y tenía conciencia de todo lo que había pasado en su pueblo, y en los otros pueblos gentiles o paganos que convivían juntos.
Sufrir las invasiones, y no obstante conservar su identidad, entre judíos y paganos,  aquella verdad que dejó el crucificado sin distingos, para todos igual. Porque el amor de Cristo no sólo permanece, sino que invade los corazones, con su dulzura, con su ternura, lejos de la violencia. Les llega lo que mejor le ha pasado al ser humano: conocer y vivir el amor de Dios, en uno, y estar unido con Él a todos.