domingo, 20 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 75


¿Qué es la violencia?

La raíz de la palabra violencia es la combinación de dos palabras en latín: “vis”(fuerza) y el participio “latus”, de la palabra “fero” (acarrear, llevar), “acarrear fuerza hacia”, violencia significa “fuerza intensa”. La violencia (del latín violentia) es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Algunas formas de violencia son sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son delitos. Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las formas de violencia que son o no son aceptadas. Por norma general, se considera violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la fuerza.
Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el abuso sexual. Sus causas pueden variar, las cuales dependen de diferentes condiciones, como las situaciones graves e insoportables en la vida del individuo, la falta de responsabilidad por parte de los padres, la presión del grupo al que pertenece el individuo (lo cual es muy común en las escuelas) y el resultado de no poder distinguir entre la realidad y la fantasía, entre otras muchas causas.
Un ser vivo puede sufrir violencia física y mental. Al analizar la violencia, la podemos clasificar en directa, estructural y cultural, ordenando la relación entre estos tres tipos de violencia bajo el concepto de triángulo de la violencia.
Violencia directa: Es la que realiza un emisor o actor intencionado, y quien la sufre es un ser dañado o herido física o mentalmente. Remitiéndonos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, hablaremos de un abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder sobre otro. Generalmente se da en las relaciones asimétricas: el hombre sobre la mujer o el padre sobre el hijo, para ejercer el control. La más visible es la violencia física, manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos), no por ello es la única que se practica.
Violencia Física o mental: Este tipo de violencia se plantea al dañar o maltratar a otra persona ya sea hombre o mujer, sin que se tenga en cuenta el respeto que debemos a la persona humana.
Violencia estructural: Se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona concreta que haya efectuado el acto de violencia. La violencia estructural se subdivide en interna y externa. La primera emana de la estructura de la personalidad que todos hemos hecho de pequeños. La segunda proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres humanos o sociedades. Las dos principales formas de violencia estructural externa, a partir de la política y la economía, son: represión y explotación. Ambas actúan sobre el cuerpo y la mente, y aunque no sea consuelo para las víctimas, no necesariamente son intencionadas. Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre, miseria, enfermedad o incluso muerte, a la población. Son ejemplos los sistemas cuyos estados o países no aportan las necesidades básicas a su población.
Violencia cultural: Se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la utilización del arte, religión, ciencia, derecho, ideología, medios de comunicación, educación, etc., que vienen a violentar la vida. Así, por ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión. Dos casos de violencia cultural pueden ser el de una religión que justifique la realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para ejercer la violencia. Cabe añadir que toda violencia cultural es simbólica.
La violencia directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores que determinan que el detectar su origen, prevención y remedio, sea más difícil.
Se pueden añadir más categorías para las diversas formas de violencia:
Causas de la violencia: el alcoholismo, la ignorancia y la falta de conciencia, el no ser capaces de aprender a controlar los impulsos agresivos, la falta de compresión en las parejas, la incompatibilidad de caracteres, la falta de comprensión hacia los niños, la adicción a sustancias adictivas, la violencia del hombre súper ego hacia la mujer, incluidos los misóginos, y la violencia contra los incapacitados. 

domingo, 13 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 74


LA VIOLENCIA BIPARTIDISTA

Tomo textualmente de Wikipedia, la Enciclopedia Libre, este resumen de la violencia en Colombia, en un período conocido como la violencia partidista, que nos permite ver cómo la violencia no arregla las cosas; por el contrario entraba la paz, y el resultado es un número grande de vidas perdidas, un atraso en el desarrollo y una corrupción del Estado democrático y sus instituciones. 
La época de la Violencia en Colombia es como se denomina a un periodo histórico entre 1948 y 1960, caracterizado por violencia bipartidista y el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, hecho que desencadenó una serie de desórdenes conocidos como el Bogotazo, caracterizados por las fuertes peleas entre Liberales y Conservadores, incluyendo asesinatos, agresiones, persecuciones, destrucción de la propiedad privada y terrorismo por el alineamiento político. Algunos autores sitúan este periodo hasta 1953.
Algunos factores que contribuyeron a la prolongación de La Violencia fueron los temores anticomunistas de la clase dirigente, la privación económica de los sectores populares y un rígido sistema de partidos que solo permitía la participación de dos partidos políticos.
En el año 1957, el Partido Liberal y el Partido Conservador formaron una coalición llamada el Frente Nacional para poner fin a la violencia. Mediante este acuerdo los dos partidos acordaban apoyar a un único candidato presidencial y se dividían todos los cargos oficiales por igual. De esta manera se logró estabilidad política por 16 años. Una oposición no esperada se llevó a cabo por aquellos partidos que no habían sido involucrados en el acuerdo, como la Anapo o Alianza Nacional Popular, organizado por el depuesto general Gustavo Rojas Pinilla.

La Violencia (1948-1953)
Después de finalizar la República Liberal (1930-1942), con la renuncia de Alfonso López Pumarejo a la Presidencia de la República debido a la presión política de varios sectores liberales que criticaban su segundo periodo por su mal desempeño en materias económicas y por supuesta corrupción, López Pumarejo permitió que el Designado de la República tomara el poder y convocara elecciones para junio de 1946.
Durante el gobierno del Designado de López Pumarejo, el Partido Liberal se vio afectado por la ausencia de su líder natural, y entró en una pugna interior por su liderazgo. Mientras tanto las toldas conservadoras, que no llegaban al Palacio de San Carlos desde 1930, se concentraban alrededor del presidente del directorio nacional conservador, Mariano Ospina Pérez.
El discurso sosegado de la nueva tendencia conservadora encontró asidero en la convulsionada sociedad colombiana, mientras que el liberalismo finalmente se declaró dividido entre Turbayistas y Gaitanistas. El turbayismo representaba a las élites comerciales y al viejo liberalismo elitista que instauró la República Liberal, eran los representantes de la continuidad del proyecto de las Presidencias de Eduardo Santos y Enrique Olaya Herrera.
Por otro lado, el Gaitanismo se instauró como una corriente nueva dentro del Liberalismo que se originó en Jorge Eliécer Gaitán, el líder del extinto partido UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria), que aunque ni Marxista o radicalmente revolucionario, concentraba diversos matices del pensamiento original del Manifiesto Liberal de Ezequiel Rojas, el fundador del Partido Liberal. Gaitán manejaba bien a las masas, mientras que Turbay era muy lejano. Para mediados de 1945, la Dirección Nacional Liberal escogió la candidatura de Turbay como la oficial, dejando el Gaitanismo como una tendencia independiente.
En este clima político, Mariano Ospina encabezaba un conservatismo unido que arrasó en las Elecciones Presidenciales de 1946. En el discurso de la toma de posesión, realizado en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, Mariano Ospina Pérez pidió comprensión a la extrema derecha conservadora y a los sectores representantes de la tendencia Gaitanista que sellaran diferencias, y que con su voluntad él formaría un gobierno de Unidad Nacional. El gabinete fue distribuido igualmente entre ambas tendencias, pero los Ministerios más importantes fueron retenidos por el Partido Conservador, dejando las ideas de una supuesta unión nacional en el aire.
A pesar de las diferencias y crispaciones políticas del Gobierno de Mariano Ospina Pérez, su gobierno tuvo resultados positivos, como la Ley de Hidrocarburos, la creación de Telecom y organización de Ecopetrol, leyes de trabajo y el Instituto de Seguros Sociales.
En las ciudades, el ambiente que se respiraba guardaba cierto orden y concordia, pero la situación en el campo empeoraba cada día más. El creciente caciquismo, retenido por los hacendados conservadores, se convirtió en motivo de graves discordias y resentimientos para los ahora empobrecidos comerciantes liberales, que se fueron extinguiendo paulatinamente.
La crispación Liberal se convierte en violencia en forma de leves escaramuzas públicas entre liberales y conservadores, pero el gobierno afirma que en realidad las peleas no tenían fundamento alguno. El gobierno se equivocó, Gaitán sabía que él era el jefe natural del Partido Liberal, y lentamente su ideología se fue desradicalizando, entrando también en las mentes de la clase media trabajadora, que crecía abrumadoramente.
Encabezando numerosas protestas, como la famosa protesta del Silencio, Gaitán adquirió más fama, hasta ser conocido en todas partes. El Conservatismo estaba preocupado, pues veía a Gaitán como una seria amenaza al poder Conservador, reconociendo su verdadero poder y popularidad.
En la mañana del 9 de abril de 1948, Gaitán salió de su casa para la Oficina, cerca de la Avenida Jiménez, trabajó, y cuando salió a almorzar, un hombre se le acercó, sacó un arma y le disparó. La conmoción general se transformó en una turba, que mutiló y paseó por las calles el cuerpo del magnicida, Juan Roa Sierra. Condenó el imperialismo, el elitismo y arrasó con todo lo que vieron a su paso. Años de esas rabias reprimidas desde las Guerras Civiles del S. XIX salieron a la luz: hijos contra padres, hermanos contra hermanos, ni las más duraderas amistades resistieron la efervescencia y calor de esos momentos: ya no eran ideologías ni partidos, ahora, era el fanatismo.
Colombia se desangró en una noche. El asesinato, aún sin resolver concluyentemente, del líder progresista y populista de extracción liberal Jorge Eliécer Gaitán provoca un estallido de cólera de las masas populares dando origen al Bogotazo, una serie de revueltas y saqueos en la capital Bogotá que termina a los pocos días tras un baño de sangre.
Los liberales vencidos se retiran al campo y organizan la resistencia con el apoyo del Partido Comunista. Los propietarios por su parte organizan partidas armadas para luchar contra los liberales, que degeneran rápidamente en grupos de bandidos.
Este periodo es conocido como "La Violencia" y varios personajes de ambos bandos enfrentados se harán famosos por sus acciones atroces. Más de doscientos mil muertos es el saldo de este periodo. En 1953 el General Gustavo Rojas Pinilla toma el poder y ofrece el final de la guerra. Por medio de las amnistías, cinco mil guerrilleros liberales dejan las armas.

jueves, 10 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 71


LA GUERRA
Desde el punto de vista socio-filosófico, se han avanzado muchas teorías acerca del origen y causas de las guerras. En consecuencia, parece posible tratar de clasificar, muy en general, tales teorías en dos grandes divisiones: la que ve la guerra como producto racional de ciertas condiciones, primariamente condiciones políticas  y otra "irracionalista", que ve la guerra como producto de una tendencia, últimamente irracional, de los seres humanos.
Esta última no tiene mucha resonancia en el mundo. No obstante conociendo los resultados terribles que deja la guerra, debería causar un impacto profundo en la razón humana, por eso el uso de la irracionalidad de la guerra nos conduce a advertir que su uso es cada vez más siniestro y con unos resultados que con la guerra atómica conducirían al mundo a su desaparición.
Estas teorías irracionalistas pueden aproximarse desde dos puntos de vista: Aquellas que ven el origen de la guerra en causas no manejables por medio de un tratamiento racional. Este estaría lejos de los sentimientos religiosos, o de la aplicación de una lógica moral o ética, partiendo de la base de ser la vida sagrada, pasajera,  irremplazable e insustituible.
Claro que poniéndonos la mano tanto en el corazón como en el cerebro, el extremo lógico de esta visión irracional, es que el hombre es un animal inherentemente agresivo, sujeto a tendencias tanto de competición como cooperación que se observan en animales sociales, situación que demanda la expresión ocasional de tales tendencias. Se encuentra en algunas explicaciones ya sea biológicas, psicológicas o de la psicología social del origen de conflictos.
La visión alternativa dentro de esta posición ve la guerra como originándose, a menudo, en equivocaciones o percepciones erróneas. La cantidad de guerras que se podrían estudiar en el siglo XX y XXI, tuvieron un origen racional, para algunos. Pero esta creencia ha disminuido dramáticamente en tiempos recientes, estudiando los resultados que dejaron las guerras mundiales del XX, y actualmente, los que han tenido origen en el Medio Oriente. Guerras que no han arreglado nada y no se espera que lo hagan.
La pérdida del Eurocentrismo como modelo de civilización, dejó a Europa sin colonias en los siglos XIX y XX. Y la perdurabilidad que presentan los conflictos en el Medio Oriente, por inarreglables con la guerra. El primero presenta un problema grave de no transmitir su civilidad a sus vecinos y al mundo. El segundo presenta una homofobia que sólo desaparecerá con el fin del mundo, pues lleva siglos sin ninguna esperanza de cambio.
En América ya se presentan situaciones de seres humanos que se creen que pueden manejar los destinos humanos a su arbitrio. El regreso al concepto del hombre súbdito, que existía en las monarquías europeas hoy desaparecidas, ha sido reemplazado en América por el hombre encajonado por ideologías dictatoriales, donde los pueblos son manejados por la mente de un solo hombre. Donde la instituciones del Estado son representativas de un ser humano y no de un pueblo.
La visión alternativa de la guerra como actividad racional, se basa en dos percepciones: la política como recurso para guardar el orden constitucional, y otra económica que indica que se recurriría a la guerra, cuando se estima que las ganancias superan a las pérdidas potenciales, es decir, a través de un análisis de costo-beneficio.
A su vez, se pueden distinguir dos posiciones: La teoría de la primacía de las políticas domésticas, donde la guerra es el producto de condiciones socio-políticas, cuando las disputas son el resultado de condiciones, no sólo socio-políticas, sino económicas, que a pesar de ser comunes a varias sociedades, hacían sentir tensiones a cada una de ellas en forma interna, tensiones que solo se pudieron resolver a través de la guerra.
Y la teoría de la primacía de la política internacional que se encuentra en la concepción de las decisiones de estadistas motivados por consideraciones geopolíticas.
Según el concepto cristiano, se ha sugerido racionalizar la guerra desde un punto de vista moral o filosófico, donde sería posible hablar de una guerra justa o lícita. Si ese es el caso, hay que distinguir, si la guerra en general puede ser lícita, o si se cumplen o garantizan las condiciones requeridas.
A primera vista, en el caso del Terrorismo en Colombia, parece posible proponer que la guerra no es necesariamente ilícita. Existe el derecho de autodefensa o de legítima defensa contra el enemigo exterior, cuando este ataca injustamente a un pueblo. Si se niega este derecho de legítima defensa se robustece al agresor y se pone en peligro la paz de los pueblos. Sin embargo, se ha sugerido desde una perspectiva ética que, para que una guerra pueda tener una licitud ética, existen una serie de condicionantes adicionales: Que haya una injusticia real, verdadera y de gravedad. Inviabilidad de defenderse por vía pacífica. Perspectiva y esperanza de éxito final para curar el mal. O bien que se pueda evitar un perjuicio a terceros inocentes.
La defensa del bien público prevalece sobre cualquier derecho del agresor e incluso sobre los riesgos que puedan tener los propios súbditos agredidos. Pero se considera ilícita la matanza injusta, como en el caso de los falsos positivos, ocurrido cuando las fuerzas armadas de un país, asesinan al pueblo, para conseguir fama o bienes materiales.
Desde ese mismo punto de vista filosófico, se considera que el movimiento a favor de la paz se hace acreedor del más alto reconocimiento. Dicho movimiento es difusor de un espíritu de entendimiento y comprensión entre los pueblos. Su fin ético y moral es conseguir la paz y los acuerdos sin derramamiento de sangre. Tal como lo hizo Mahatma Gandhi a principios del siglo XX, cuando liberó a la India del coloniaje inglés, sin disparar un tiro, siguiendo su idea máxima: la no violencia.

miércoles, 9 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 72


LA MATRIZ DIVINA

Probablemente no encontremos conexión entre el ADN y la Matriz Divina. El ADN es un ácido nucleico que forma parte de todas las células, con la información genética usada en el desarrollo y el funcionamiento de los organismos vivos conocidos y es responsable de la transmisión genética. La conexión con la Matriz Genética, o Divina, obedece a que en ese tren de nucleótidos que es el ADN, parece que estuviera unido a ella con la vida, diferenciada por el genoma que hace a cada ser vivo diferente, formando el universo que conocemos como el mundo vivo.
La Matriz Divina contiene ese universo y está conectada con él. Es el puente que nos relaciona con las cosas y el espejo que nos muestra lo que hemos creado, como partes de ella. Estamos unidos a ella físicamente o no, para siempre. Nuestra conciencia puede crear todos los cambios que deseemos, para crear la realidad de nuestro mundo. Somos responsables de este mundo propio.
Nosotros le hablamos a la Matriz Divina con el sentimiento, siempre que este, carezca de ego y del juicio de nuestra mente. Por este sentimiento logramos lo que queremos, según ella nos responda.
Así convertimos nuestras vidas en las cosas que optamos por experimentar, en nuestro mundo propio interior, que no está sometido a las leyes de la física, sino a las leyes del  Espíritu.
El holograma de nuestra conciencia refleja todo, porque está conectado universalmente, de manera que cuando creamos nuestros buenos deseos y oraciones, estos llegan a su destino instantáneamente.
Pero también un pequeño cambio en el holograma de nuestra conciencia, varía nuestro mundo, porque la Matriz Divina es un reflejo de las relaciones que creamos con nuestras creencias. Y ese cambio por pequeño que sea, se refleja en nuestro mundo.
Por eso la raíz de nuestras experiencias negativas, se reduce a los tres miedos universales, o bien a una combinación entre ellos: abandono, baja autoestima o falta de confianza. Miedos que podemos encontrar en nuestras relaciones más íntimas, donde se reflejan nuestras creencias, para ver los miedos o encontrarlos.
Debemos entonces, ser conscientes de convertir nuestras vidas, de acuerdo a las cosas que optamos por experimentar en nuestro mundo. Somos creadores de este, siguiendo el ejemplo de nuestro Espíritu Creador, como instrumentos de su obra o creación. De nuestra unión consciente con Él, depende lo que somos.
Gregg Braden trae a cuento que podemos cambiar nuestra conciencia, haciendo una operación aritmética, basado en que todos estamos conectados con la Matriz Divina. Y afirma que el mínimo de personas para poner en marcha un cambio de conciencia, es la raíz cuadrada del 1% de la población. El número de habitantes en Colombia: 45.000.000 habitantes. Raíz cuadrada: 6.705; y el 1% = 67,05 personas.
Con este número podríamos llevar a la consciencia una revolución pacífica, sin violencia, para moralizar y cambiar los hábitos corruptos. Esta afirmación genera una esperanza muy grande en que alguna vez el mundo hable un solo idioma, profese una misma creencia y respete una sola ley: la de la Matriz Divina, que nos une a todos.   

lunes, 7 de marzo de 2011

ENCUENTRO CON LA VIOLENCIA 73


EL MAL GENIO

El mal genio es un mal que aqueja a muchas personas, y estas no se dan cuenta que  genera violencia. Hay que seguir la frase del común, que dice que la ira es mala consejera. Y nadie, cuando está furibundo, toma conciencia del mal que se hace a sí mismo y a los demás. El hecho de pedir que tengas buenas relaciones con otras personas, obedece a la necesidad de hacer posible vivir en paz, sin agresividad. Esto es bueno para la propia persona y para los demás.  Demostrar el cariño que debemos tener a todas las personas, produce un beneficio que desperdiciamos por culpa de nuestro ego. Hay que educar al ego. Los orientales lo eliminan, para vivir felices, en paz, consigo mismo y con los demás.
La mayor parte del tiempo perdemos el genio por cosas que bien podrían arreglarse sin perder la calma, simplemente, porque no nos hemos tomado el trabajo de entrenarnos en el manejo de nuestras relaciones personales. Hay personas que nos transmiten antipatía, odio, desagrado, sin saber, que estas personas nos permiten aprender a eliminar el ego. Lo cambiamos por algo que hemos estudiado de acuerdo con nuestros dones, nuestros carismas, nuestra habilidad propia para el manejo de estas relaciones, con las cuales hemos tenido, y vamos a tener, una experiencia diaria. Es decir, el sufrimiento diario por culpa de nuestro ego.
Pero no todo lo negativo es desechable. Hay que tomarlo como la oportunidad de crecer, con la experiencia que nos brinda para domar a nuestro ego. Aceptemos que no tenemos otra forma de correr esta experiencia, y que la podemos tornar de negativa en positiva. Y memorizarla,  reflexionando, en base a los buenos consejos que nos da nuestra mente positiva, aquella que entrenamos a diario, para evitar la molestia, el desagrado, la pérdida de tiempo en palabrería vana, en enfrentamientos que sabemos que no tienen sentido, en todo lo negativo que sabemos de memoria produce tanto mal a sí mismo como a los demás. Estoy seguro que muchas veces sentimos que perdemos el tiempo, en vez de ganarlo, cuando no tenemos estrategias para transformar el caso en positivo.
La vida es pasajera. Cada minuto cuenta. ¡No perdamos el tiempo! Cuando sabemos que es imposible hacer una relación sana y productiva con los demás, cuando no dejamos que el mal genio nos domine. Y nos haga el mal. Hay varias maneras de tener presente para que nuestra mente domine al mal genio. Esta es una enumeración válida:
Relájate. No discutas con nadie hasta no estar tranquilo. Piensa las cosas antes de enojarte. Piensa en cosas positivas o lo bien que te sentías antes de que el mal genio apareciera.  Piensa que la mayoría de las veces lo que motivó tu mal genio es algo sin mayor trascendencia. Procura distraer tu atención en alguna actividad positiva, la lectura, o escuchar música, o salir a caminar, ayuda muchas veces a volver a tu normalidad, al dominio de tu mente. No pierdas el control e insultes o hagas comentarios negativos a quien trata de reconfortarte o tranquilizarte. Lo mas seguro es que después te arrepentirás y el daño estará hecho. Cada vez que tienes mal genio dañas una relación o la vas deteriorando. ¡Desahógate con tus cosas positivas. Cuéntale a alguien lo que te pasa. Procura no reprimir tus sentimientos de enojo, pero tampoco expresarlos directamente a la persona que sientes te está provocando el enojo. Libera tu rabia frente a un espejo. Obsérvate como reaccionas y así podrás hacer dos cosas: distanciarte de tu rabia, al ser capaz de observarla, y entender cómo te ven los demás cuando estás en ese estado.
También podrías recordar, en el momento de tu enojo o irritación, que dentro de ti hay un espacio en el cual no hay enojo, es decir un lugar que dentro de nosotros nos permite diferenciar lo que es la rabia de la tranquilidad. Si eres capaz de observar tu rabia, es porque la parte en ti que está tranquila la está observando.
También puedes liberar tus emociones en un ambiente propicio, por ejemplo con la compañía de un psicólogo o psiquiatra o en grupos que trabajen con dinámicas específicas para aprender el autocontrol, sin necesidad de estar reprimiendo tus emociones. Si tienes mal genio puede ser porque estás reaccionando a problemas de tu vida cotidiana, o porque tengas rasgos de personalidad, que necesiten buscar ayuda profesional. A veces una pequeña ayuda puede transformarlo todo. Y ten presente que los demás podrían reaccionar así contigo y no te agradaría. Ensaya a reírte de ti frente a un espejo. Verás cómo la risa lo arregla todo…